Finaliza el periodo de descanso laboral y la mamá ha de incorporarse a su puesto de trabajo, este suele ser el motivo principal por el que muchos papás recurren a esos excelentes cuidadores: los abuelos.
Cuando el bebé es muy pequeño, muchos padres se inquietan ante la necesidad de encargar su cuidado a personas extrañas o a guarderías en las que hay otros niños más mayores.
Normalmente, prefieren la exclusividad y el cariño que propician los abuelos, aunque ésta decisión pueda traer otra clase de conflictos.
¿Qué problemas suelen darse cuando padres y abuelos comparten la crianza?
El problema principal que aparece en la crianza compartida es la diferencia de pautas establecidas por ambas partes.
En muchas ocasiones, los abuelos con su mejor intención y todo su amor, presentan una mayor tolerancia hacia los deseos de los niños y se saltan las pautas establecidas por los padres. Otras veces, establecen sus propias normas que difieren de las que ya se están practicando en el hogar del niño. Estas acciones pueden generar:
conflictos entre los adultos, llegando incluso en algunas familias a deteriorar la relación.
Confusión en el niño a la hora de adquirir hábitos de comportamiento
Dificultad para acatar aquellas normas que al niño le requieran un mayor esfuerzo ya que tiene otras pautas a las que agarrarse y generalmente en casa, con los padres, mostrará cierta rebeldía ante límites más restrictivos.
¿Cómo prevenir estas dificultades de la crianza compartida?
En primer lugar, es importante desmontar algunos mitos como el de que “los abuelos están para malcriar”. El hecho de que los abuelos sean más permisivos con los niños no resulta perjudicial cuando el contacto es esporádico o “de visita”, pero puede generar dificultades más serias cuando también ayudan con su crianza de forma más continuada.
Otro factor psicológico que suele aparecer, es la culpabilidad de los padres por el esfuerzo que realizan los abuelos en el cuidado de sus hijos. Sin embargo, es importante pensar que a pesar de estar agradecidos, siempre se tiene el derecho de elegir la crianza de nuestro bebé y que resulta más perjudicial, no afrontar los conflictos y que finalmente se resienta la relación.
Aspectos muy importantes a tener en cuenta
– Decidir en pareja la modalidad de crianza que preferimos para nuestros hijos. Existen diversos métodos que difieren en su aplicación, escoger aquel con el que nos sintamos más identificados y capacitados para aplicar.
– Establecer normas, límites y pautas que reflejen esa modalidad. Conviene ser firmes en su mantenimiento para que el resultado sea el esperado.
– Compartir las pautas con las personas que van a cuidar al niño, explicando detalladamente las razones de cada una de ellas.
– Expresar a los cuidadores lo que se espera de ellos.
– Mantener un diálogo continuo con los cuidadores, de forma que se revise el comportamiento del niño y se realicen los ajustes necesarios.
– Mantener una comunicación respetuosa y agradecer la colaboración, sin que ello repercuta en el posicionamiento ante incumplimientos por parte de los abuelos.