Lo desaconsejan. Lo hacemos. Hay momentos en que la primera idea no siempre es la buena. Y hablamos de gastronomía. El nombre del local y sus letras en amarillo espantarían a cualquiera que sepa untar un pan con tomate o que conozca más de dos clases de paella. Huiría. No es nuestro caso. Y no sólo porque sepamos que detrás está uno de los grupos de restauración más importantes del Principado (Los Marqués del Suquet de l'Almirall). Entramos porque sí, porque la Boqueria está girando la cara al nacional, porque sigue siendo nuestro mercado aunque el inglés sea el idioma predominante, porque le damos esa segunda oportunidad. Damos la vuelta y entramos. Paella Bar Boqueria. Son las 10.00h de la mañana y queremos comer, y beber con porrón. Justificamos la marcha atrás:
Dirección: Mercado de La Boqueria. La Rambla, 91. Locales 6-7Precio medio: 20€. Callos con garbanzos, 7,50€; butifarra con alubias de Santa Pau, 6,50€; calamares y alcachofas, 8,50€; tortilla de patatas, 5,50€. Paellas, desde 18,75€. Vinos a copas desde 2,90€; porrón, 12,50€; botellas, desde 13,50€.
Imprescindible: Pedir porrón y maridar con carpaccio de carrilleras.
Horario: De 10.00 a 17.00h. Cuando llegue el calor, se alargará de 9 a 19h. Hasta las 23.00h viernes y sábado.
Porque ofertan "esmorzars de forquilla"
Apenas llevan media año abiertos y ya han cambiado la oferta de los porches del mercado más famoso de Barcelona. Abrirán a las 9h. con el buen tiempo (ahora lo hacen a las 10h) y, desde primera hora, presentan carta de desayunos. Ni croissants, ni donuts ni bocadillos. Callos con garbanzos, butifarra con alubias de Santa Pau, calamares y alcachofas o sardinas ibéricas al horno son algunas de las delicatessen de las que puedes disfrutar a esa hora a la que nuestros abuelos sabían comer. Son desayunos calientes con toque Marqués, raciones para encarar el día con una sonrisa.
Porque tienen porrón
Porque la vida puede ser maravillosa con un recipiente de vidrio entre las manos. De tamaño único y no apto para escandalosos, el porrón de Paella Bar Boqueria acompaña como nadie a esa primera ingesta del día. Y a la segunda, pero no abusemos. El vino contenido es el de la casa, pero no uno cualquiera: un tinto del Priorat que los Marqués han encumbrado. Se encuentra también en la oferta de otros locales del grupo como Pepa Tomate, como si los chefs idearan los platos a través de su maridaje. Es coger el porrón y recobrar fuerza; levantar la mano y sentirte rey; dejar caer el caldo y demostrar que 20 centímetros son más de lo que pensabas.
Porque el turista no entiende el 90% de la carta
Está en la Boqueria y el público es el que es, pero el barcelonés se encontrará confortable entre buñuelos de bacalao y espinacas con allioli de miel, ensaladas de gambas con chantilly de vermut, huevos estrellados con chocos o cocottes de mejillones. Productos marinos (en gran medida) y frescos que compran en el mercado, y que trabajan con exquisitez para darles la vuelta que toca. Mención a parte merece su carpaccio de carrilleras con cigalas, uno de los platillos especiales que tienen fuera de carta y que aspira por méritos propios a convertirse en titular. Que no asuste el cerdo; parece pasado por un salón de belleza.
Porque las paellas son paellas
El sello Almirall luce también sobre paella. No te engañarán con precios bajos (aquí cuesta lo que vale) y presentarán una oferta de paellas individuales sobre carta de formato valorable. La paella Barceloneta (con pescado y marisco), la del guiri (con alcachofas, bogavante y chorizo Maldonado) o la Boqueria (con verduras y setas). Necesitamos más porrones e idénticas citas para corroborarlas. Las caras de nuestros compañeros de sala tras su ingestión presumían placer.
Porque codiciaremos su terraza
Ahora se encuentra bajo el "Muro de Berlín". Así le llama el staff de Paella Bar a la pared de casetas del mercado que delimita la vista de las cuatro mesas de terraza que tiene el local. En abril, con la apertura de la plaza sud de la Boqueria, estas casetas migrarán y el local y sus mesas al aire libre gozarán de una de las mejores vistas de la ciudad: la de un mercado en ebullición. Podremos así fumar tranquilos, sin remordimientos de una marcha atrás bajo control.
Porque no hablamos de sexo
Hemos aconsejado la marcha atrás y ahora te invitamos a dejarte llevar. El local de Paella Bar Boqueria no es grande, aunque la comodidad en su media docena larga de mesas es relajante. Te habrás lanzado y el resto entrará sólo. El equipo de sala te lo pondrá fácil. No estamos hablando de sexo. Para las bacanales, tienen sala superior privada con carta especial. Ídem.