Revista Economía

Pagarés bancarios vs depósitos

Publicado el 10 febrero 2012 por Clavijero
Algunas entidades bancarias ofrecen a sus clientes la posibilidad de contratar pagarés como alternativa de inversión. Los pagarés bancarios son un producto claro y sencillo para el inversor particular, pero es conveniente saber cómo funcionan y cuáles son sus diferencias respecto a otros productos alternativos como los depósitos.

Pagarés bancarios vs depósitos

Imagen: digitalart

Los pagarés son títulos de renta fija, parecidos a las letras del tesoro, solo que éstas últimas son emitidas por el estado mientras que los pagarés pueden ser emitidos por bancos o empresas privadas. Su funcionamiento es muy sencillo. Un pagaré es un documento mediante el cual el banco se compromete a pagarnos una cantidad de dinero fijada de antemano en una fecha determinada. En el momento de contratar el pagaré, nosotros aportamos una cantidad de dinero inferior a la que vamos a recibir en la fecha de su vencimiento. La diferencia es la rentabilidad que obtenemos, que normalmente viene expresa por un % TAE, como la mayoría de los productos financieros.
Como acabamos de ver, un pagaré es bastante parecido a un depósito bancario. Nosotros aportamos una cantidad al banco y éste nos devuelve el dinero en una fecha determinada pagándonos unos intereses que conocemos de antemano. Sin embargo, existen algunas diferencias que hacen que las condiciones de los pagarés bancarios sean peores que las de los depósitos:
  • La garantía: Los depósitos bancarios están garantizados por el Fondo General de Depósitos. Es decir, si el banco quiebra, el estado se hace cargo de devolvernos nuestros depósitos con ayuda de estos fondos. Sin embargo, en el caso de los pagarés, es el propio banco quien garantiza su pago. Por tanto, si dudamos de la solvencia del banco, no es muy buena idea contratar sus pagarés, porque en el caso de que éste quiebre (por desgracia hemos visto ya bastantes casos) nos va a resultar difícil recuperar nuestro dinero.
  • La liquidez: Cuando contratamos un depósito, nosotros podemos recuperar el dinero en el momento en que queramos aunque no se haya cumplido el plazo del depósito. En algunos casos tendremos que pagar alguna penalización por ello pero, en caso de necesidad, sabemos que tenemos el dinero disponible. En el caso de los pagarés esto es más complicado. Si necesitamos nuestro dinero, debemos solicitar al banco que intente vendernos el pagaré (al fin y al cabo son títulos como las acciones o las letras del tesoro) en el mercado secundario. Esto puede resultar difícil de conseguir e incluso podemos perder dinero en la operación.
  • Las comisiones: Al ser los pagarés títulos nominativos, normalmente tendremos que abrir en el banco una cuenta de valores para poder contratar los pagarés. En algunos casos, dependiendo del banco, esto nos puede suponer algunos gastos en comisiones que también debemos tenerlos en cuenta.
Como las condiciones de los pagarés son peores que las de los depósitos, normalmente los intereses de los primeros, dentro del mismo banco, deben ser algo mayores que los de los segundos, aunque no siempre es así. Este es otro detalle en el que debemos fijarnos.
Con todo lo que hemos visto, podemos concluir que los pagarés son un producto de inversión sencillo y bastante seguro. Podemos considerarlos como una buena alternativa para invertir nuestros ahorros pero, ojo, debemos estar convencidos de la solvencia del banco y de que no vamos a necesitar nuestro dinero antes del plazo del pagaré. De lo contrario es mejor no contratarlo.

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