Ya sabemos que España está entre las veinte democracias plenas del mundo, con mejores datos que EE.UU., Francia o Italia según los Democracy Index más respetados, pero se divulgan pocos datos sobre su importancia real en el mundo, su “Presencia Global”, que la sitúa en 2018 en el número 11 de los 110 principales países de los 193 de la ONU.
El centro de pensamiento y estudios “Real Instituto Elcano” elabora anualmente un índice comparativo de “Presencias Global” con las estadísticas más acreditadas en todo el planeta. Para Europa usa básicamente las Eurostat de la UE y las de la OCDE.
La clasificación de la “Presencia Global” se obtiene cruzando datos de tres “presencias”: económica, militar y la amalgama “blanda” de migraciones, turismo, deporte, cultura, información, tecnología, ciencia, educación y cooperación al desarrollo.
Pero no valora el régimen político, porque como democracia España estaría por delante de China o Rusia, que en este índice ocupan los puestos 2 y 7, respectivamente.
EE.UU. ocupa el primer lugar en las tres presencias analizadas, con 2.494 puntos, seguido de China, con 840; luego, Reino Unido, Alemania, Japón, Rusia, Canadá, Países Bajos, Italia con 271 puntos y España, con 233. De los veinte primeros, los últimos son Brasil (el primero latinoamericano, 119) y Arabia Saudita, 113.
España está en la posición económica 12, en la militar en la 17, y en la blanda en el 8, que eleva la calificación media al 11.
Este estudio permite a los españoles liberarse de tantos complejos heredados desde la segunda década del siglo XIX, con la pérdida paulatina del Imperio, culminada en 1898.
Algo se hizo bien para estar hoy entre los 11 países punteros del mundo, siendo tan sólo el número 28 en población y el 53 en superficie territorial.
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SALAS