Por Gonzalo Zuñiga
Al llegar al final de la galería quedé asombrado observando una acuarela. Escuché la bulla de los moto taxis, la gente, el caos, los ambulantes, lo colorido de sus paneles, la cultura chicha. Ver el paisaje de mi barrio, San Juan de Miraflores, me hizo retroceder en el tiempo. En la década de los cincuenta, tiempo de migraciones, miles de personas invadieron este lugar cuando todo era pampa. Lo hicieron en vísperas de navidad. Por ello, en alusión al nacimiento del niño Jesús, el paisaje caótico que tengo al frente se llama Ciudad de Dios.
El Británico Cultural expone las obras ganadoras y seleccionadas del XXIX Concurso de Acuarela – Paisaje Peruano. Premio John Constable. John Constable fue un acuarelista inglés que tuvo la admiración del mundo durante el siglo XVII. Dueño de pinturas llenas de luminosidad y la búsqueda de lo pintoresco en cada una de ellas, fue un especialista en pinturas al aire libre. Por ello, el motivo de este certamen es sobre paisajes peruanos. Tomando en cuenta la riqueza y diversidad de los paisajes nuestro país, y que la acuarela es el medio idóneo para la pintura al aire libre, la muestra nos puede resultar atractiva. La Galería John Harriman está adornada con una mixtura de paisajes y sensaciones; los suburbios de una ciudad, monumentos simbólicos retratando historias reales, abstractos con cargas filosóficas y una explosión de colores que retratan lugares, plazas, calles de un país de todas las sangres y todos los paisajes.
Un aspecto interesante de la muestra, aparte de la identificación que puedes llegar a sentir con algún cuadro, es lo distinto que son las acuarelas entre el primer y tercer puesto. El primer puesto, Residencial San Felipe de Boris Simunich Sánchez, lleno de una técnica exquisita y envidiable, es el retrato, prácticamente fotográfico, de una de las fachadas de la clásica residencial. Sucede que, hacerle bastantes detalles a una acuarela, no sólo requiere de bastante pintura y un pulso de médico, sino también de mucha agua, por esta razón al querer retratar la realidad tal cual en el cuadro corres el riesgo que la cartulina no quede lisa y se pueda apreciar mejor. Su realismo es tal porque, literalmente, no existía indicio alguno que esto sea acuarela, no había arrugas, fallas en los detalles, no existía imperfección alguna. El artista limeño retrató una parte de esta ciudad con la característica de Constable: ser lo más pintoresco y parecido a la realidad.
El segundo y tercer puesto tienen una carga mucho más reflexiva, en el Alquimista, del huancaíno Nicolás López Aroni, se ve a un ser mirando a la nada, reflexionando sobre la vida y buscando respuestas en el eterno azul. Por otro lado, Pasajeros en Tran- city, del arquipeño Adolf Ancasi Batallanes, es la acuarela ubicada en el tercer puesto. Pintada sobre periódico, la obra muestra personas de diferentes estratos sociales caminando sobre las noticias diarias. Sin duda, somos eso. Las noticias forman parte de nuestro andar. Incluso presagia el futuro de nuestro día. Una noticia nos puede levantar o tirar al suelo. Dependemos más de la comunicación con el mundo de lo que podemos llegar a realizar.
Estas son acuarelas, pero también son historias, sensaciones y pensamientos. Para descubrir el mensaje secreto tras esas capas de agua y cartulina pueden visitar en la Galería John Harriman del Británico de Miraflores hasta el 8 de septiembre 2019.
+INFO: XXIX Concurso de Acuarela – Paisaje Peruano. Premio John Constable