Pajareando por Alemania

No es que el motivo de mi viaje fuera disfrutar de la fauna alada del país germano, pero al final, siendo un workshop sobre cotorras invasoras en Europa todo ha girado alrededor de las aves, incluso el paseo que nos organizaron por la ciudad, en el que incluso más allá de los monumentos fuimos guiados a algunos lugares donde la fauna toma protagonismo.

El motivo del viaje fue mi asistencia a un meeting organizado en Heidelberg por ParrotNet, grupo europeo interdisciplinar encargado de estudiar a la cotorra de Kramer y a la argentina, intercambiar información entre investigadores, indagar sobre huecos vacíos en su conocimiento, proponer herramientas útiles para conocer su expansión en Europa,etc.

La experiencia ha sido muy positiva, sobre todo porque he estado muy bien rodeado y me han hecho sentir bien. He aprendido mucho, y esto de mantener largas reuniones en inglés con gente de otros países es muy enriquecedor y te permite adquirir una visión de trabajo más amplia, además de contemplar el modo de trabajo que tienen otros países. Sin duda, participar en este grupo está siendo un gran aliciente en mi carrera profesional de científico que apenas empieza a dar sus primeros pasos.

En cuanto a Alemania, lo primero que me llamó la atención es que puedes ir a 160km/h por la carretera y ser adelantado, ya que las normas de tráfico allí son distintas. Una sorpresa general que nos hemos llevado los españoles creo que ha sido la comida, ya que tienen una amplia variedad de panes y pasteles muy sabrosos y que a mi juicio resultan más sanos que mucho de lo que tomamos en España. Por lo demás esperaba una comida monótona y con poco gancho, pero resultó ser al revés, cocinan muy rico y todo entra por los ojos. Para comer en la calle hay multitud de establecimientos, algunos a precios muy asequibles, como los frecuentes Kebab, también mejor servidos que en nuestro país.

Lo otro que llamó la atención es casi un tópico a estas alturas, pero en esos países usan mucha bicicleta, y más allá de eso…¡puedes ver decenas de bicicletas en la calle sin candado! Eso en Andalucía es impensable, una bici sin candado o incluso con candado normal puede durar minutos hasta que la roban.

Volviendo a la fauna, no es que gozáramos de una enorme variedad de especies, pero algunas eran nuevas para mí o resultaron interesantes por algo. Por ejemplo, una pareja de halcón peregrino tiene un nido en la iglesia principal de la ciudad, y han puesto una web cam para que todos puedan disfrutar de las andanzas de esta rapaz.

El río Neckar atraviesa la ciudad, y en sus orillas abundan distintas especies de gansos, todos ellos foráneos y bien alimentados por los ciudadanos. Por ejemplo, el ganso del Nilo está considerado como especie invasora en países como Alemania u Holanda se ha convertido en una especie francamente abundante. También abundaban barnaclas canadienses, ganso cisne, y el ánsar piquicorto. Entre la fauna autóctona alguna polla de agua, trepador azul, carboneros, mirlos, pinzón vulgar y pico picapinos, también algún ratonero común y el gorrión común.

Por último, en un paseo en busca de fauna de interés, intentamos divisar castores en una zona frecuentada por estos peculiares roedores, pero tuvimos que conformarnos con sus rastros.

En resumen, Alemania ha resultado ser una sorpresa con todas las de la ley, con naturaleza, buena comida y monumentos de interés. No fue un país que tuviera entre mis preferencias viajeras o que despertara mi curiosidad, pero ha conseguido causarme muy buena sensación.

Por cierto, el aeropuerto de Frankfurt es una pasada, con máquinas de café y chocolates con leche gratis y repisas con periódicos gratis de varios países para que leas mientras esperas. En cuanto a las afamadas salchichas alemanas, no me causaron una sensación grandiosa, ya que eso de que tengan el pellejo tan gordo y crujan me descolocó un poco.