Revista Fotografía
Hubo un tiempo en que José María Aznar era un simpático opositor
a Inspector de hacienda que animaba los guateques pilaristas con
sus alegres canciones de paz y amor, como un Sergio que aún
no hubiera encontrado a su Estíbaliz.
Ya veis lo dañino que es el poder y a donde conducen las
malas compañías.