Título original: Pájaros muertos
Directores: Guillermo Sempere
Jorge Sempere
Guionistas: Gisela Benenzon
Gorka Esteban
Intérpretes: Eduardo Blanco
Silvia Marsó
Alberto Jiménez
Claudia Fontán
Samuel Viyuela
Andrea Blasco Sierra
Inés Aldea
Productor: Julio Sempere
Fotografía: Ángel Yebra
Música: Larry García
Montaje: José María Biurrún
Nacionalidad: España
Argentina
Año: 2.008
Duración: 85 minutos
Edad: 13 años
Género: Comedia
Distribuidora: Compañía Premium de Vídeo y Televisión, S. L.
Estreno: 18-09-2.009
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Página WEB: Ficha completa en IMDb
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Web Oficial de la distribuidora en España
Tráiler de la película en YouTube
Calificación:
Crítica: 4,654 Espectadores: 950
Público: 4,731 Recaudación: 5.284,82 €
España: Puntos (Popularidad): 0
Rugoleor: Ratio de popularidad: 0,00%
Sinopsis:
Los Pájaros, el lugar perfecto para vivir, donde todo es idílico y, sin embargo, nada es lo que parece. Dos familias de la urbanización pasan ese verano de intenso calor entre la monotonía y el aburrimiento, pero la aparición de un pájaro muerto en una de las calles será el detonante para que sus secretos y miedos salgan a la luz.
Guillermo y Jorge Sempere debutan en largo con una curiosa premisa. En una idílica urbanización (llamada Los Pájaros), aislada del mundo real y como lo conocemos, el hallazgo de un gorrión muerto puede llegar a ser considerado como un cataclismo por los miembros de dos familias cuyas vidas pasaban por ser completamente armoniosas hasta el momento. Sobre todo, si se trata de la primera de una serie de muertes que les parecerán de muy mal agüero.
Crítica:
20.09.2009 – JOSU EGUREN
Análisis burgués
Acabamos de comprobar, espero, como un cineasta enorme llamado Quentin Tarantino es capaz de integrar con irregular acierto cientos de referencias en la médula espinal de su última apoteosis cinematográfica. Las ambiciones de Guillermo y Jorge Sempere son más modestas, pero sus modelos también tienen nombres propios muy difíciles de obviar. Los realizadores apuntan hacia Sofia Coppola y Sam Mendes como fuente de inspiración (horizontal), aunque su metáfora también delimita, dudo que involuntariamente, con el modélico planteamiento de “El Ángel Exterminador”. Dos familias de la clase alta, que viven atrincheradas tras inmaculados setos con frío tacto de hormigón, son las protagonistas de este paupérrimo y burgués amago de análisis social. Los Sempere se concentran en lo expositivo sin explicar los porqués, caricaturizando a los miembros de una urbanización ultraconservadora que, para colmo de tópicos, no se comunican, desprecian a los homosexuales, crían hijas bulímicas y adictas a las anfetaminas, y viven en una permanente crisis de identidad. Supongo que si fuesen yanquis también serían republicanos y llevarían armas. Lo curioso es que todos estos males tienen ramificaciones en el resto de estratos de nuestra sociedad, pero lo fácil es poner al descubierto los efectos de la metástasis sin señalar el origen del mal. Tampoco se trata de exigirles el ‘cum laude’ a unos realizadores en prácticas, aunque no conviene pasar por alto que su torpe planificación pronuncia las grietas del guión original hasta convertirlas en fallas. Los breves aciertos cómicos de “Pájaros muertos” (el título anuncia un trasunto del célebre ‘macguffin hitchcockniano’) naufragan en la densidad aparente de una cinta que pretende ser aguda y profunda, cuando en realidad es corta y plana. Se salvan el pluriempleado Eduardo Blanco, y la firme determinación de los directores por limitar los movimientos de cámara, poco bagaje para competir con otros estrenos de los que todo el mundo habla.