La losa funeraria de Pakal "el Grande", descubierta por el arqueólogo Alberto Ruz Lhuillier en 1952, se hizo famosa entre los seguidores de la teoría de los "Antiguos astronautas", a partir de que Alexander Kazantsev y Erich von Däniken, identificaran el bajo relieve como la imagen de un astronauta pilotando una nave.
Entre las construcciones que se levantaron bajo su gobierno, se encuentra el templo de las Inscripciones que más tarde sería su mausoleo.
La lápida es monolítica con medidas aproximadas de 3.80 m de longitud, 2.20 m de ancho y 0.25 m de espesor. En sus cantos se encuentran tallados jeroglíficos mayas que narran la biografía de Pakal. En su cara principal se representa al gobernante como un hombre joven y axis mundi, con la postura de un recién nacido que parece emerger de las fauces del Sak B'aak Naah Chapaat o Primer Ciempiés de los Huesos Blancos quien tiene su mandíbula descarnada y en la parte superior del mascarón un recipiente utilizado en los sacrificios de sangre.
Según la teoría de los antiguos astronautas (sin rigor científico) la inscripción representa a un hombre pilotando una nave espacial, ya que se observan ciertas características como el "aparato" que tiene en la nariz, similar a un micrófono o a un respirador, la posición de manos y pies que parecen accionar palancas y pedales, el pelo "ingrávido", y una especie de llamas que parecen propulsar el cohete. Ésto daría pistas sobre el contacto de los antiguos mayas con seres de otro mundo que les brindaron esos conocimientos.
En esta imagen vemos una representación tridimensional de esta hipótesis.
En realidad se trata de una representación simbólica de la visión cósmica y existencial de los mayas, en la que se describen tres niveles, el superior o celeste, el intermedio o terrestre y el subterráneo o inframundo.
Dorsinfang-Smets en su obra de 1964 L'Amerique précolombienne dice:
Un hombre con rostro grave y sereno cubierto de joyas descansa, con el torso inclinado hacia atrás, en un altar formado por una máscara del monstruo de la tierra. Detrás de él o con más probabilidad de su propio cuerpo, surge el arbol de vida cruciforme. Este sacrificado, con el pecho abierto del que sale bien un símbolo cruciforme, bien un inmenso grano de maíz que germina, lo encontramos en los manuscritos y en las estelas. Tenemos también en este caso la evocación del credo habitual: la víctima da su vida para que exista la vida. En los brazos de la cruz ondulan dos cabezas y de sus mandíbulas salen figuras mitológicas. Y coronando el conjunto, el quetzal.En el mismo recinto de Palenque hay otras representaciones similares del árbol de la vida, el altar y el quetzal.
En este interesante enlace podéis ver una explicación de cada uno de los símbolos representados.
En cualquier caso, iconografía mítica o prueba de un pasado junto a extraterrestres, nos parece una pieza digna de reproducir, así que aquí tenéis nuestra versión.
Está realizada en resina de poliuretano, pintada y envejecida a mano. (Y por tanto, el color puede variar de una a otra, aunque la esencia sea la misma).
Sus medidas son 22 x 38 cm y aproximadamente 8mm de grosor. El peso aproximado es de 900 gr, y se suministra con un cáncamo para colgar.
Podéis encontrarlo en nuestra tienda.
Y esta imagen...por que me ha gustado
Referencias:
http://es.wikipedia.org/wiki/K%27inich_Janaab%27_Pakal#Obras_arquitect.C3.B3nicas_y_registros_hist.C3.B3ricos
http://misteriosquenuncadebieronserlo.blogspot.com.es/2010/09/el-astronauta-de-palenque.html