El agua ha anegado miles de aldeas y lo peor está por llegar. Se teme la propagación de enfermedades como el cólera y la disentería, que harán mella en una población ya de por sí mal alimentada y con multitud de carencias.
Es necesaria la movilización urgente, pero agosto es un mal mes. El mundo está de vacaciones.
Un pastor, junto a su ganado, aislado por las recientes inundaciones
en el Punjab, Pakistán. Foto: Reuters]