Revista Opinión
¡PALABRA DE GALLERO!
Te cuento que por allá en mis tiempos de muchacho cuando aún no había llegado a la adolescencia, en la década de los sesenta bajo el mandato de Rómulo Betancourt, compartía mis estudios de primaria ayudando con jornadas de trabajo los fines de semana y algunas que otras tardes o amanecidas, en las tierras de mi abuela Mamá Chica, conocidas como "El Conuco", distante a unos pocos kilométros del poblado, las cuales administraba y trabajaba mi abuelo Papá Quintín para llevar el pán de cada día a la mesa hogareña y también llevar el sustento al hogar de la muy buena y afable doña Valeria, segundo frente de papá, a quien mi abuela se refería con el adjetivo de la "Otra". Mi viejo, entre las dos Señoras había procreado, críado y levantado once hijos, en el agradable caserío de Los Cerritos. Caserío para aquel entonces, hoy en día todo un pueblo, en la Isla. En mi Margarita querida.
El viejo Quinto, mi abuelo, era un hombre alto, delgado y atlético, de cabellera amarilla, tendiendo a rubioblancuzco cuando el sol le pegaba en la frente, de naríz punteaguda, con una dentadura perfecta, labios finos y un mentón que parecía la punta altiva de la proa de un buque. Tendría como un metro setenta y déle. Fuerte, muy atractivo para las mujeres del vecindario y de los poblados cercanos y, para arrechera y desvelo de mi abuela y de la "Otra".
El viejo Quintín era nieto de españoles, pero parecía un alemán coloraaoo con unos ojos azul intenso que solo chocar con su mirada metía miedo y que al hablar alto y fuerte ponía nervioso a la gente e infundía respeto a otros. Era hombre de una sóla palabra al igual que mujeriego, Jugador y ocasionalmente, porque no era amante al licor, se echaba sus trancazos de aguardiente. Lo veíamos "jumo", algunas veces en el año, cuando había buena cosecha o cuando alguno de sus gallos ganaba una pelea. Era mi heroe. ¡Ese era mi abuelo, caray!
Mi viejo, tenía su entretenimieto, "criar gallos de peleas". Cuando en un fin de semana, especialmente los domingos, había eventos especiales de peleas de gallos asistía a la gallera de Los Robles o a la gallera de La Restinga, hacia Macanao. Yo le acompañaba cargando con el mapire donde llevaba su campeón. La gallera, se convertía en una fiesta de colores y alborotos donde todos andaban de punta en blanco luciendo sus mejores prendas de vestir y sus vistosos sombreros de pelo é guama y de brazo de algunas que otras damas hermosísimas, liberales y amantes de las peleas, las cuales le movía el piso a cualquiera - Más de una vez tuve erección por ellas y en las noches soñaba, sólo soñaba por aquellas bellezas de ángeles convertidas en mujeres, ¡Ay mi Dios!, quería ser tan alto y adinerado como Quintín lópez en aquel momento para alcanzar una de esas estrellas.
Volviendo a la realidad, las personas allí presentes eran de una casta de hombres y mujeres que tenían por delante el honor y la dignidad. No pongo en duda, que habrían camuflados algunos que otros equivocados dentro de los galleros. Allí, la palabra era un documento más que notariado y, quien lo quebrantaba lo pagaba con la garantía de la vida misma. ¡Era la Palabra del Gallero! Honrrar la Palabra, era el ejemplo a seguir entre propios y extraños, dentro y fuera de la familia, dentro y fuera del círculo de amigos, compadrazgos y compañeros de cualquiera comunidad margariteña y por ende, digo yo, de todo el territorio nacional y más allá de nuestras fronteras patria, por quien se respete a si mismo y el deber al respeto por los demás cíudadanos. Yo me crié en ese ambiente hasta los quince años por continuar mis estudios en costa firme, en el continente y, por eso soy como soy.
Ahora bien, ha corrido muchas aguas por debajo de los puentes y esas personas de las que te mencionaba anteriormente han desaparecido como desaparecido está el valor de la Palabra, hoy en día. Por lo menos en estos tiempos y en Venezuela, observo como los principios morales por los que se guía nuestra sociedad se han devaluado tanto en el Régimen como en la Oposición y éste mal ejemplo ha calado en la población, ha permeado al ciudadano de a pié; donde la escala de valores no existe en el común de la gente y se repite, entre nosotros, esa falta de moral y dignidad que practican las autoridades que supuestamente llevan las riendas del Poder y no hay un contrapeso en quienes nos representa como "Opositores" para hacer cumplir la palabra empeñada.
Ejemplo miles, en uno y otro bando. Hay mucha falta de valores en los principios de virtud por la que se guía una Comunidad y quienes la dirigen a través de la Palabra, ya sean políticos en el Poder o en la Oposición. Tomemos dos casos, como vitrina. Uno para el régimen y otro para sus oponentes.
En la primera vitrina te puedo contar que en días pasado, para ser más preciso el 04 de enero del 2015, Nicolás Maduro había prometido utilizar sus "facultades especiales" para enviar a Leopoldo López a Estados Unidos a cambio de que le "entregaran" al puertorriqueño Oscar López Rivera, preso desde hace un poco más de 35 años. Maduro había empeñado su palabra como otras tantas veces en las que no cumplía faltando a la moral y a las buenas costumbres, irrespetandose tanto a él como al ciudadano que confió en el Régimen, pero existía un hálito de esperanza en que se pusiera los pantalones de varón y cumpliera con la "Palabra", haciendo honor a lo prometido.
Llegó el momento. El martes 17 de enero, el presidente Obama anunció la conmutación de la pena de Rivera y se esperaba la reacción de Nicolás para ver si cumplía con su palabra. Llegó el miércoles 18 y con ella una rueda de prensa en Miraflores en donde una periodista de la agencia Bloomberg le recordó la promesa hecha hace un año atrás y qué iba hacer al respecto. Maduro una vez más volvió a meterse en el trasero sus palabras, arguyendo "Que el caso de López, más allá del comentario jocoso que hice en aquel momento, está en manos de la Justicia". Un chancletúo tiene palabra. Éste, aparte de hombría, le falta Moral y Dignidad. Ya en la gallera de Los Robles se lo hubiésen "echao al pico". Pués, como te cuento, de Nicolás Maduro "pábajo" y sus poderes cómplices desconocen el valor de la palabra empeñada.
Ahora, bien, nuestros dirigentes más no líderes de la Oposición no se salvan y tomemos la segunda vitrina en la cual la MUD y la Asamblea Nacional dan golpes con una venda en los ojos sin saber, cómo ni a quien pegar para sacar a Maduro del poder. No se ponen de acuerdo a lo interno y terminan por lavar los trapos sucios fuera de casa y el Régimen se aprovecha de esa realidad que es la flaqueza nuestra. Entre ellos mismos, la cúpula de la MUD, no respetan la Palabra, pués hoy afirman una vaina y mañana terminan diciendo otra. ¡No tienen palabra! Los galleros de Macanao no dejarían pasar esta falta de valoración a la palabra aplicada por la MUD.
Desde principio del año 2016, la MUD y la AN, confundieron al pueblo con la diarrea de disparate que se proponían hacer. Blá, blá, blá y nada. Que si la asamblea constituyente, que si el referendo revocatorio, que si la enmienda constitucional, que si las elecciónes anticipadas, que si el pedido de renuncia, que si el juicio político, que si las marchas, que si las protestas y por último el bendito diálogo en la que le diéron oxígeno a Maduro y, ahora, ¡elecciónes ya! Parecen unos payasos nuestros representantes opositores de la AN y de la MUD, donde el dueño del circo es el "sátrapa de Miraflores".
Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, lo ha resumido recogiendo el sentir que en verdad sentimos los venezolanos y lo ha dicho de ésta manera: _Hay pérdida de "motivación", de "esperanza de cambio inminente", y de "unidad de liderazgo", unido al "miedo" por un aumento de la "represión y amenaza del gobierno a la oposición"-. ¡Son palabras de gallero, mi compay!
POR JESÚS FRANCISCO GÓMEZ @chuitoelderosa
[email protected] JFGL/jfglrbSeguir a @atracoalpueblo
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