Revista Libros
Descubrí a Maite Carranza en su Magia de una noche de verano (que, por cierto, me encantó) y tiempo después decidí probar su pluma de nuevo, esta vez de la mano de Palabras envenenadas, una historia realista y dura, muy dura.
Desde varios puntos de vista se nos presenta un caso sin resolver que bien podría existir hoy en día: el de la desaparición de Bárbara Molina cuatro años atrás. No hubo testigos, no hubo cuerpo, pero sí sospechos a los que no se podía incriminar por falta de pruebas. Con el tiempo, poco a poco fue cayendo en el olvido, hasta que una llamada demasiado corta consigue rescatarlo del pozo de los casos sin resolver.
Su madre, Nuria, que tras el trágico suceso se ha abandonado hasta el punto de -casi- dejar de ser persona; su antigua mejor amiga, Eva, que como muchos otros la había dado por muerta; el inspector encargado del caso, Salvador Lozano, a punto de jubilarse; y la propia Bárbara son los protagonistas de los capítulos que forman la historia de este secuestro, centrándose cada vez en uno de ellos y mostrándonos sus distintas formas de afrontar la situación.
Quizás sea esto lo que le ha hecho perder puntos en mi ranking personal a esta novela, no porque la distinta perspectiva sea mala, sino por una de ellas: la del inspector. Sus capítulos se me han hecho algo pesados y en cuanto veía su nombre en el encabezamiento de una nueva página me entraban ganas de cerrar el libro y ponerme a otra cosa. Personalmentre, poco influye. Bárbara, Nuria o Eva juegan un rol mucho más importante e interesante.
Y terminando con los puntos negativos, paso a enunciar lo que ha hecho que el libro durase escaso día y medio entre mis manos (ojo, con pausas)
En primer lugar, la trama. Como era de esperar en una aficionada a este tipo de historias como yo, me ha encantado: una chica encerrada en nadie-sabe-dónde, un Él que la tiene retenida y del que cuesta adivinar su identidad, y varios posibles candidatos a ese puesto. He llegado a odiar a muchos de ellos, igual que he sentido compasión, pena y admiración por otros personajes de la historia, porque si esta brilla es sin duda gracias a ellos: todos bien definidos, con carácter propio y distintas formas de ver el mundo según su personalidad. No hay uno igual que otro. Todos son únicos, como las personas de a pie, porque eso es lo que intenta la autora y, sin duda alguna, lo consigue.
Siguiendo con los puntos positivos, nos encontramos con la escritura de Maite. Es clara, con adornos pero sin excesos, y en cierto modo adictiva, porque cuesta parar una vez la lees. Simplemente, engancha.
Y para terminar, cabría destacar el final. Después de barajar muchas opciones, planear posibles desenlaces en mi mente y jugar un rato a los detectives, Maite dio con la única solución en la que no había pensado. Rebuscada y a la vez evidente una vez la descubres y rebobinas en la historia, dándote cuenta de ciertos detalles y mirando los hechos desde otra perspectiva que claramente apunta hacia ese Él.
En resumen, una historia que te hace sentir la realidad de, por desgracia, demasiadas personas. Cruel, dramática y auténtica como la vida misma, consigue mantenerte pegado a sus páginas deseando descubrir quien es ese Él que lo ha generado todo y su por qué. Una obra merecedora del premio que la acompaña.
Según Niicky se merece...
P.D: Si quereis visitar la web oficial de la autora, click aquí.