De regreso a la Argentina tras su exitosa temporada en Manchester City, Carlos Tevez habitó por un rato el living de Susana Giménez. Maquillaje, luces y cámaras en su cuerpo. Y fiel a su ADN, destiló honestidad brutal. El Apache soltó palabras contundentes. Sinceras. Confesiones de un hombre que mira la fama con malestar. Y desconfía de sentirse una celebridad, luego de haber tomado coordenadas erróneas fuera del césped. Autocrítico como pocos personajes, Carlitos fue el protagonista de la mejor frase de la semana. Pasen y lean.
Me cansa la fama. Uno sube muy arriba, se cree que es Dios y lastima a mucha gente que quiere. Hice sufrir mucho a mis hijas. Me he equivocado muchas veces”.