Aquel silencio post goleada 0-5 en el Camp Nou mutó en satisfacción. La conquista de la Copa del Rey, justo contra Barcelona, le dio aire de orgullo a su pecho. Claro, significó su primer éxito como DT de Real Madrid. Y por ese valor, Mourinho se dio el gusto de apuntar a Guardiola y cía. Desde arriba de todos, minimizó la huella del Barça y dejó su frase en el primer lugar de la semana.
No hemos acabado con la hegemonía de Barcelona, porque no la hay. No es el campeón del mundo, ni de Europa”.