Quererse no implica dejar de hacerlo con los demás. No es necesario elegir entre el amor hacia uno y hacia tus semejantes, sino que son dos hechos encadenados. Primero te conoces y aprendes a quererte, a ser respetado y, después, vas comprobando que ese “cariño propio” actúa como una especie de imán que atrae el de otras personas, incluso el de aquellas de las que jamás hubieras esperado nada
Revista Cultura y Ocio
Quererse no implica dejar de hacerlo con los demás. No es necesario elegir entre el amor hacia uno y hacia tus semejantes, sino que son dos hechos encadenados. Primero te conoces y aprendes a quererte, a ser respetado y, después, vas comprobando que ese “cariño propio” actúa como una especie de imán que atrae el de otras personas, incluso el de aquellas de las que jamás hubieras esperado nada