El compromiso por la movilidad sostenible y el cambio de tendencias hacia un modelo transporte limpio y con futuro se queda cada año en palabras vacías. En Madrid, con la crisis como excusa, el servicio público de transportes empeora el servicio, reduce frecuencias de paso y se encarecetarifazo tras tarifazo.
El uso de la bicicleta en Madrid empieza a extenderse a pesar de la incomprensión de administraciones y conductores. Los cacareados carriles bici, cuando no son imperio de baches, padecen permanentes e incomprensibles invasiones que ponen en peligro la integridad de ciclistas. La ausencia de aparcamientos de bicicletas en edificios públicos son otro problema, salvo para los ladrones de bicicletas.
RENFE, de la noche a la mañana, decide que las bicicletas que recorran más cien kilómetros tienen que pagar un billete de tres euros. ¿Quién facilita el uso de la bicicleta no ya como práctica deportiva, sino como medio de transporte? Todo es mentira.En el uso de la bici, sin duda, estamos a kilómetros de las grandes ciudades europeas.
Una fotografía del fotoperiodista ciclista Fran Lorente del nuevo y flamante carril bici de la calle Alcalá.