Revista Diario
Esta es la frase con la que nos sorprendió ayer tarde:
Los abrazos te consuelan cuando estás triste.
Este es el resultado de lo que nosotros consideramos una exitosa educación emocional. Un niño que se siente libre de expresar sus emociones, que siente la necesidad de contar lo que siente, que lo comparte.
Esto es lo que su padre y yo hemos pretendido y hemos conseguido. El amor sin límites, el contacto continuo, de bebé brazos y más brazos, colecho, lactancia a demanda, apego y más apego. Según ha ido creciendo, verbalizando nuestro amor. "Te quiero" es nuestra fase de cabecera, iniciamos la mañana con ella, la repetimos sin cansarnos a lo largo de la jornada, y finalizamos el día sellándolo con un beso y la deliciosa frase.
Cuando estamos tristes, explicamos por qué, si mamá se pone triste o enfadada, le explica el motivo, las causas, qué podemos hacer para que me ponga contenta. Y cuando le sucede a él, hacemos el mismo proceso.
Esto nos sirve para que identifique sus sentimientos, sus emociones, y sobre todo, para que sepa el origen de las mismas, cosa muy importante. Saber de donde viene un sentimiento sirve para poder mejorarlo, en caso de que sea negativo, o bien para mantenerlo en caso de que sea positivo.
Ni que decir tiene que todo esto fomenta su autoestima, su sensación de seguridad. De cara a su desarrollo, a su crecimiento personal, podemos decir que constituye un pilar básico.
¿Esto es crianza con apego?, es esto y muchas cosas más, y es maravilloso.