Revista Diario

Palabrejas: peligros de la televisión

Por Belen
Doy fe que el Peque no ve la televisión adulta en todo el día. Nos despertamos con Clan TV, comemos con Clan TV, a veces merendamos con Clan TV y el tiempo que estamos en casa y no comemos escuchamos música, se juega o se fastidia a mamá (en mi casa lo hemos convertido en deporte de élite), pero no se ve más televisión que esa. No hay tele de fondo que el niño pueda ver o escuchar. No hay palabras malsonantes de fondo, o gritos, o discusiones. Sinceramente la televisión se ha convertido en un bodrio y no quiero que mi niño participe de ella. Ve sus dibujos y listos.
Yo ya me he acostumbrado a no ver televisión en todo el día porque cuando él se echa su siesta tampoco la veo. O bien me doy el palizón de limpieza-plancha-cocinar, el día que toca. O bien blogueo o chateo con alguna amiga, en ese ratito que es solo para mi. O bien leo. Pero nunca veo tele.
Solo encendemos la televisión adulta en la cena, vemos el telediario, o algún programa interesante, o cuando lo hay, algún partido de fútbol. Eso sí, siempre con el mando en la mano por si hay imagenes poco recomendadas para niños o lenguaje inadecuado.
En las últimas semanas al papá del nene le gusta ver un programa que hay en Cuatro, una parodia, que se llama La isla de los nominados. En principio que el niño viera algo de este programa mientras cenaba, no me parecía mal. Pero ayer decidimos que veremos teledeporte en la cena, que es lo más suave que hemos encontrado para estas horas.
En un diálogo uno de los personajes dice alegremente:
- ¡¡Soy el puto amo!!.
Os podéis imaginar quién dijo a continuación tan sonora frase, .... , .... , .... , efectivamente, el Peque. Con su pollo en el plato y su pan en la mano, debió entender que era graciosísimo, y:
- Puto amo, puto amo, soy el puto amo, JAJAJAJAJAJA. El puto amo, JAJAJAJAJA.
Os podéis imaginar también el careto del papá y mío. La primera reacción del papá fue troncharse de la risa. Pero con ver la expresión de mi cara se le pasaron las ganas. Hicimos oídos sordos. Dos veces más lo dijo. Papá y yo contuvimos la risa como pudimos. Y como no vio atención ni aprobación decidió que era menos interesante de lo que él creía de inicio. Así que ahí quedo la cosa, ¡¡afortunadamente!!.
Como podréis ver en la programación de Cuatro, este programa se emite a las 21:35 horas. Es verano, mi hijo está despierto y tiene 3 años, pero niños de 4 , 5, 6, y más años también lo están. Niños que entienden mucho más que mi hijo. Cierto es que somos los padres quienes controlamos lo que ven nuestros hijos. Pero en principio este es un programa de humor, sin ningún contenido peligroso, provocativo, soez (raro con los tiempos que corren). Pero su lenguaje, las palabrotas, han hecho que nos decantemos por otras cadenas.
Aprovecho desde aquí, mi humilde blog, para recordar a los señores responsables de las televisiones de nuestro país que hay más público, que no todo el mundo quiere ver como unos y otros pelean, se insultan, no todo el mundo quiere escuchar palabrotas a todas horas, no todo el mundo quiere ver programas del corazón donde se despelleja a la gente. Y señores responsables de las televisiones, piensen, por favor, que en las familias hay niños de todas las edades.

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