Su inicio, en el siglo XIII, fue como fortaleza para defender las aguas del Lago Mälar y según iba creciendo se convirtió en un palacio llamado Tre Kronor, que significa “Tres Coronas” por las agujas de la torre central.
Después de esto se transformó en palacio renacentista a finales del siglo XVI y a finales del siglo siguiente se volvió a transformar en estilo barroco.
Después de un incendio y varias reformas y ampliaciones no se concluyó hasta 1830.
En la actualidad es la residencia de la familia real sueca, aunque la mayor parte del tiempo estan en el Palacio de Drottningholm, y con sus 609 habitaciones es uno de los mayores palacios del mundo que siga usándose para su cometido original.
Justo enfrente de la entrada para el público se encuentra la Estatua de Karl XIV Johans.
Hay varias zonas que se pueden visitar, la primera a la que entramos nosotros fuimos a la Iglesia del Palacio, terminada en 1740.
Hacia el lado contrario de la iglesia hay una gran sala. Parece que se usa para las recepciones oficiales.
Desde el fondo de la sala, a la derecha, hay unas escaleras por las que accedemos a visitar las salas del castillo, uniformes, trajes y vestidos de época, etc…
La verdad es que el lujo está por donde quiera que mires…
Al salir nos fijamos que quien se encarga de la vigilancia del palacio es la Guardia Real, los Högvakten, incluso pudimos ver un cambio de guardia pero no pudimos sacar fotos…
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