Revista Cultura y Ocio

Palais de glace de plásticos

Publicado el 15 junio 2011 por Libretachatarra

clarín
En 1932, el Palais de Glace relevó al viejo edificio del Pabellón Argentino como sede del Salón Nacional de Bellas Artes.
La historia del Salón Anual de Pintura, Escultura, Arquitectura y Arte Decorativo había comenzado el 20 de setiembre de 1911, en el Pabellón construido para la Exposición Argentina de 1889 en París. Aquel edificio, construido en hierro y vidrio para celebrar, en la Ciudad Luz, el centenario de la Revolución Francesa, fue desarmado y traído en barco a Buenos Aires, y reconstruido en 1891. Lo emplazaron en la barranca de Arenales y Maipú.
En tanto, el proyecto de creación del Salón Nacional había sido aprobado por la Comisión Nacional de Bellas Artes, en 1907, con la finalidad de dar estímulo a las artes plásticas y de promover la formación de artistas y espectadores.
El Salón se inauguró en 1911 en la confitería anexa al Pabellón Argentino, construida también en 1891 sobre la bajada de Maipú, y que debía constituir un espacio seguro, con la finalidad de preservar las obras de arte allí expuestas. ¿Una confitería pensada como lugar seguro? La realidad es que el fastuoso edificio del Pabellón –de hierro pintado de dorado, cubierto con revestimientos de porcelana y telas decorativas con reflejos metálicos, y coronado por una cúpula de 30 metros– no resultó muy práctico como museo: los días de lluvia debía cerrar por goteras y su permeabilidad a las variaciones térmicas deterioraba las telas.
De todos modos, el Salón Nacional pudo seguir funcionando en esas condiciones hasta 1932, año en que fue trasladado al Palais de Glace.
En 1933, el Pabellón Argentino –confitería incluida– fue desmantelado por orden del intendente José Guerrico, para ampliar la plaza San Martín. Para ello hizo demoler dos manzanas comprendidas entre las calles Arenales, Leandro Alem, Florida y Maipú. Los restos del pabellón fueron a parar a un terreno baldío y se perdieron para siempre.
El Palais de Glace, por su parte, sufrió una importante remodelación en 1932. El arquitecto Alejandro Bustillo hizo modificaciones en la fachada y demolió la cúpula. El 21 de setiembre de aquel año, se inauguró allí el XXII Salón Nacional. Las grandes exhibiciones continuaron allí hasta 1954, cuando se lo convirtió en un estudio anexo de Canal 7. Esta extraña situación perduró hasta 1960, cuando volvió a funcionar como sala de exposiciones.
(…)
“Cita de artistas de todo el país”
(clarín, 12.06.11)


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