Y ningún auto-denominado defensor del inventado pueblo ha dicho nada, más que nada por que no pueden culpar a Israel.
Es la hipocresía y el cinismo del antisionismo, ese antisemitismo acomplejado de serlo, que directamente desprecian a aquellos a quienes dice defender.
Forward nos deja un excelente artículo relatando los caso de tortura reales sufrida en el ente palestino por causas tan delirantes como la venta de propiedades a judíos:
“El uso de la tortura no es inusual en la Autoridad Palestina. Otro hombre al que llamaré a Ali para proteger su identidad lo atestiguó ante la Knesset. Dijo que fue separado de su familia. Lo mantuvieron en una jaula durante semanas. Sus captores le arrojaron agua fría y caliente, arrojaron basura y comida podrida sobre él. Lo obligaron a sentarse en botellas rotas y lo colgaron boca abajo durante días y días.” (leer más en Forward)
Y no es un caso aislado, se trata de todo un “modus operandi” que usan las fuerzas de la Autoridad Palestina para reprimir a su población, y lo hace de modo “rutinario” según van conociendo los medios de comunicación.