Roma es una de las que aspìran a ser "ciudades del amor", junto con París, Venecia, Agra, etc... Pero al fin y al cabo y es esta una gran ventaja, sólo Roma es el palíndromo del Amor puesto que ambas palabras -Roma y Amor- leídas al revés suenan igual.
Hace algunos años, concretamente a finales del 2006, la capital italiana volvió a darnos motivos para hablar del tema, desde que el escritor Federico Moccia publicase su novela Tengo ganas de ti, en la que los protagonistas usaban las farolas del puente Milvio para colgar unos candados, a modo de compromisos de fidelidad. Nacían los famosos lucchetti dell'amore (candados del amor).
Desde ese momento muchas parejas imitaron el ritual, colgando candados aquí o allá, en otros muchos puentes de un buen número de ciudades del planeta, para terminar arrojando sus llaves al río después...En abril de 2007 el peso de los candados provocó la caida de las farolas, por lo que el alcalde de Roma mandó colocar unos postes de acero unidos por cadenas, que habrían de servir para dar soporte a otras muchas manifestaciones de amor.Pero es que lo que yo no sabía, cuando hace unos días me acerqué hasta el puente Milvio (y crean que no se va en un momento, no...), es que en septiembre de 2012 se retirarían definitivamente todos los candados y soportes, por lo que apenas quedan los pocos que alcanzan a sujetarse de una única farola (en la foto), en este mítico lugar en el que llegaron a acumularse toneladas.
El viaje acabó mereciendo la pena: pues regresé con la foto de la portada, pero sobre todo con las de numerosas pintadas seleccionadas de entre cuantas se acumulan en las paredes del puente y que habrán de servir para ilustrar este post sobre Roma y el Amor.
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