Pandemonium. Delirium II, de Lauren Oliver

~ G * Juvenil Adulta ~ E * Ediciones SM / Cruïlla (edición catalana) ~

Agradecimientos a Cruïlla por el ejemplar

Delirium, Pandemonium y Requiem forman parte de una trilogía distópica donde la sociedad se ha organizado de manera que no haya posibilidad de error en todas sus acciones, para vivir en plena armonía. Para conseguirlo han eliminado la libertad de sus pensamientos, de sus emociones, haciendo desaparecer el amor, convirtiéndolo en algo sucio. Pero, ¿que pasaría si de repente alguien se enamorara?

Si no habéis leído la primera parte (reseña aquí) mi consejo es que no sigáis leyendo la reseña, de todos modos os diré que Pandemonium ha seguido muy bien el ritmo del primer libro con nuevos giros y un final que ansia el tercer libro.

Antes. Una vida controlada, segura, sin sorpresas pero anodina i vacía.

“También te tendrías que acostumbrar, a ésto… –me dice, con una intensidad serena-. Lo que eres, la vida que hacías, las persona que conocías… todo se ha esfumado. (…) No existe el antes, sólo el ahora, y lo que vendrá después.”

Traducción mía de la edición catalana.

Ahora. La libertad, pero una libertad llena de dudas y renuncias. Lena lo ha conseguido, ha podido escaparse de la terrible cura, ha llegado a Tierra Salvaje y se ha salvado. Ahora es un miembro de la Resistencia y tiene una misión importante que cumplir. Pero no ha sido fácil. Ha tenido que pagar un precio muy alto por todo eso: ha perdido a Alex.

El pasado no es más que polvo. La vida de antes ya no existe y la Lena de antes, tampoco.

¿Vale la pena una libertad que te hacer perder todo aquello que amas?

Mentiría si dijera que Pandemonium no era una de las novelas más esperadas del 2012 teniendo en cuenta como dejó el final del primero. ¿Expectativas altas? Sí. ¿Decepción? Para nada.

Lauren Oliver sabe como dejar a sus lectores sorprendidos. Sólo hay que leer el primer capítulo para darse cuenta de ello: Lena vuelve a estar en un instituto. ¿Cómo? ¿Qué ha pasado después de ese desgarrador final? ¿Faltan capítulos? ¿Ha habido algún libro intermedio y no nos hemos enterado? Nada de eso, sino que la trama ha dado un giro que nadie sospechaba. Realmente estaba muy intrigada sobre como iba a continuar la historia, parecía que comenzar Pandemonium era comenzar una historia nueva, y en cierta manera así ha sido, puesto que Lena quiere guardar sus recuerdos y no sacarlos a flote, porque si no se hará vulnerable y eso es algo que no se puede permitir.

Pandemonium abre dos puertas, la que viene justo después del último capítulo del anterior libro y la que empieza medio año después. La que muestra a una Lena derrotada pero que poco a poco va enterrando su dolor, y la Lena valiente y decidida que me ha sorprendido gratamente por el cambio radical que se ha producido en ella. A medida que avanza la historia irá haciendo descubrimientos sobre su nueva vida, su nueva condición y  sobre aspectos de su pasado; descubrirá también como es la sociedad en la que vive, ese mundo del que ha renegado y por el qué ha decidido luchar.

Es posible que algunos crean que esta trilogía pueda ser ñoña o cursi por la importancia que se le da al amor pero desde mi punto de vista, y más en este libro,  eso sólo es una parte de lo que Lauren quiere mostrar haciendo desaparecer este sentimiento, puesto que las relaciones familiares y la amistad ya no son como imaginamos. Incluso lo que podamos sentir hacia otras personas como la compasión, la bondad… no existen. Una sociedad convertida en robots.

Como ya me sucedió con los otros dos libros que he leído de Lauren (Si no despierto y Delirium), su forma de narrar hace que sin pretenderlo hayas caído en las redes de su historia, que sin querer los sentimientos de Lena ya formen parte de los tuyos. El final sigue la línea del primero, aunque desafortunadamente me spoilee un poco respecto a lo que sucedía (soy así de tonta, que le vamos a hacer) me ha sorprendido por igual y, una vez más, Lauren Oliver me ha dejado con unas ganas increíbles de leer Requiem. Tal y como ha quedado la historia puede ser sublime.