Lo sé… llevo muchos días sin escribir! La verdad es que he estado bastante liada con la visita de mi madre en casa… el trabajo, y las ansias de la llegada de la piccola, han hecho que me desenganchara un poco del blog. Peor no quiere decir que lo haya completamente abandonado! Como todas sabéis, en esta aventura hay temporadas de todo! Digamos que ha sido mi corto periodo de silencio… pero ya he vuelto. Y esta vez os quiero contar el susto que me llevé hace una semana!
Ya me encuentro en mi semana 40! Si si, lo que lees, ya estoy en la super recta final y la piccola sigue sin querer salir. Podemos decir que ahora cualquier minuto es bueno, y así me tiene, en ascuas y esperando! Preguntándome cada día “¿Será hoy?” incluso cuando me acuesto… “¿Tocará hoy despertar a papá para que me lleve al hospital?”
Pues bien, hace una semana tuve una visita de chequeo en el hospital donde te hacen un monitoreo del corazón y los movimientos de la peque. Además revisan las últimas analíticas de sangre y orina. Pues bien, como que insisten en todas partes que debería sentirla 10 veces al día, y últimamente sus movimientos han disminuido bastante, pues se lo comenté a la comadrona que me visitaba. Dentro de mí, siempre he pensado que es bastante normal que no se mueva tanto ya que pobrecita cada vez tiene menos espacio… pero por si acaso, quise que me lo controlaran! La comadrona muy amablemente me dijo que no me preocupara que ahora con el monitoreo veríamos sus movimientos y si algo no iba bien nos daríamos cuenta.
En el monitoreo prácticamente te colocan dos cinturones con unos sensores alrededor de la barriga, uno te cuenta las pulsaciones del bebé y el otro marca si hay contracciones en el útero. Después de 10 minutos de monitoreo me dijo que efectivamente la piccola se movía poco…que igual estaba durmiendo! Así que como hacía rato que había comido me trajo un poco de té y un par de galletas para ver si así se empezaba a mover. Pues bien, después de otros 20 minutos, empezó a hacer efecto y nuestra Chloe empezó a bailar un poco. Me tranquilicé!
Aún así, la comadrona creyó necesario que me viera el doctor para hacerme una ecografía y sacarnos cualquier duda. Después de 1 horas y media de espera, y de que varias veces la comadrona le avisara y viniera hacia mi a decirme, el doctor sale enseguida, por fin llega el señor!! Lo peor fue que este había estado libre durante la mayor parte del tiempo de nuestra espera, y había estado “tonteando” con enfermeras y escribiendo en su móvil dentro de una de las consultas!! (Más que nada porque lo vimos!!) En el momento que me llamo ya no me dio ningún tipo de confianza… imagínate, un doctor bello a lo <<Anatomía de Grey>> pero con muy poca vocación…. aun así, quise estar tranquila y dejarme visitar.
Entré en la sala, me acomodé en la super cómoda silla de ginecólogo y me levanté la camiseta para que pudiera empezar la ecografía. Empieza a mirar y a tocar botones… yo ya podía ver la piccola en la pantalla!
Aunque me costaba entender las diferentes partes que él iba inspeccionando. Al poco le pregunto, va todo bien? A lo que inicialmente no responde… y al poco me dice con cara extraña: “Tiene el cordón umbilical alrededor de su cuello!”. Imagínate mi cara!!!! PANICO! Lo primero que le pregunto es si esta bien (obviamente) y si se puede hacer daño esa sola mientras se va moviendo… a lo que muy estupidamente me responde “Piensa que un 30% de los bebes nacen con el cordón alrededor del cuello!” y yo pensando…¿Y el otro 70%?
Después de la visita me quedé hecha polvo, porque me imaginaba lo peor… creía que esto del cordón era algo que perjudicaría y complicaría la última semana e incluso el parto. Seguidamente volvía a la comadrona que me había visitado anteriormente y esta me tranquilizó un poco, me contó que lo importante es sentir movimientos del bebé y si en algún momento dejo de sentirlos, pasar por el hospital para repetir el monitoreo. Además, me explicó que una vez encajados, difícilmente se mueven tanto como para hacerse daño con su propio cordón. ¡Gracias comadrona!
Aún así me fui del hospital hecha polvo, mi madre tampoco sabía que decirme la pobre… y cuando se lo dije a Lorenzo, pues imagínate!! Al llegar a casa hablé con la mamá de mi mejor amigo, una segunda madre para mí. También llamé al hospital donde iré a dar a luz, y hablé con uno de los doctores de la sala parto. Ambos me tranquilizaron… Parece ser que el riesgo de que el bebé se haga daño con el cordón es mínimo, lo que se debe controlar es que sus constantes vitales no disminuyan, y para saber eso, basta sentir movimientos. Hay que tener en cuenta que lo peligroso no es que se produzca asfixia con su propio cordón, ya que este es muy largo. El riesgo es que el cordón quede aplastado y no deje pasar los nutrientes y/o oxigeno de la madre al bebé, por lo que este riesgo existe durante todo el embarazo!
EN ESE MOMENTO YA RESPIRÉ DE OTRA FORMA…
MENSAJE A LOS DOCTORES!!!–> Puede que las futuras nuevas mamis seamos un poco histéricas! Pero en verdad Sr. doctor, no pasa nada si nos das noticias de este tipo! Basta que tengas un poco de tacto, nos expliques bien las cosas y si hay que quitarle importancia, que así lo hagas! Pero todo con cariño y comprensión, porque como sabemos, las mujeres (sobretodo embarazas) somos muuuuy sensibles, nuestras hormonas están en plena efervescencia y el sentimiento protectivo a flor de piel!
Así que amiga, si te dan esta noticia no te alarmes y habla con un medico de confianza, ya verás que te tranquiliza!