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Pánico en la granja (Stéphane Aubier, Vincent Patar, 2.009)

Publicado el 26 enero 2013 por Rugoleor @rugoleor

Póster: Pánico en la granja (Stéphane Aubier, Vincent Patar, 2.009)

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Pánico en la granja (Stéphane Aubier, Vincent Patar, 2.009)

Ficha:

Título Original: Panique au Village.
Directores: Stéphane Aubier, Vincent Patar.
Guionistas: Stéphane Aubier, Vincent Patar.
Intérpretes: No hay actores (Animación).
Productores: Philippe Kauffmann, Vincent Tavier.
Fotografía: Jan Vandenbussche.
Música: Dyonisos, French Cowboy.
Montaje: Anne-Laure Guégan.
Países: Bélgica, Luxemburgo, Francia.
Lugares de Rodaje:
Año: 2.009.
Duración: 77 minutos.
Edad: Apta para todos los públicos.
Género: Animación, Aventuras, Comedia, Familiar, Fantástica.
Distribuidora: Sherlock Films, S. L.
Estreno: 18-11-2.011.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 3.488.
Recaudación: 18.011,70 €.
Calificación: 5,874.

Sinopsis:

Indio y Cowboy son especialistas en provocar catástrofes. En cuanto traman algo, se lía una buena. En esta ocasión, quieren dar una sorpresa a su inseparable amigo Caballo en el día de su cumpleaños. ¿Qué regalo pueden hacerle? ¡Le construirán una barbacoa y celebrarán una gran fiesta con el resto de vecinos de la granja! Es una idea genial, de no ser porque los traviesos Indio y Cowboy cometen una pequeña equivocación al hacer el pedido de ladrillos, lo que estropea sus planes. Aun así, todos viven un cumpleaños inolvidable, ¡pero no precisamente tranquilo! El enredo arrastra a Indio, Cowboy y Caballo a vivir disparatadas aventuras, lo que les lleva a encontrarse con extraños y divertidos personajes mientras recorren todo el mundo, desde las estepas nevadas hasta el mismísimo centro de la Tierra. ¡Ya nada volverá a ser como antes tras estallar el pánico en la granja!

Comentario:

Siguiendo la estela de “Toy Story”, llega esta producción centroeuropea sobre un grupo de juguetes que cobran vida gracias a la animación. Estrenada con un par de años de retraso y creada a partir de un corto realizado previamente por Stéphane Aubier y la actriz Jeanne Balibar, la película sigue las peripecias de un indio y un cowboy, dispuestos a hacer lo posible para regalarle a su amigo, el caballo pianista, una barbacoa de construcción propia. Una delicia tanto para niños como para adultos.

Crítica:

19-11-2.011 – JOSU EGUREN

Este loco loco micromundo

Fan-tás-ti-ca. ¿Dónde están los juguetes que me acompañaron en la infancia? Mis airgamboys, mis playmobils, mi fuerte de Comansi… Los quiero a todos aquí, ya, reunidos, para disfrutar con ellos de esta maravillosa y delirante aventura en stop-motion con la que los belgas Stéphane Aubier y Vincent Patar (nominados a la Palma de Oro en el Festival de Cannes en 2.009) nos empujan por el tobogán frenético de un micromundo surrealista en el que se han refugiado los primos gamberros de Woody y Buzz Lightyear.

Un caballo enamorado (de una profesora de música), que comparte piso con un desternillante matrimonio cómico formado por un vaquero y un indio, protagoniza esta loca loca loca aventura que lo mismo arroja una radiografía mordaz de la inmadurez masculina, que prueba a alborotar las descabelladas fantasías que se amontonan en las mentes precoces del público infantil. Porque “Pánico en la granja” no está pensada, ni calibrada, ni medida, sino todo lo contrario, es una delicia libertaria, que no anárquica, que bebe de una tradición en la que el cinéfilo televisivo reconocerá sus fuentes al toparse con la versión corregida y aumentada de “Pingu”.

Sin principio, ni fin, “Pánico en la granja” somete al espectador adulto a un pulso con su propia memoria, del que siempre sale vencedor con gags y diálogos (o puñaladas) que, a veces, se pierden en la espesura de una cinemática febril: “El día de los trífidos”, la serie-B, Julio Verne, o las obedientes legiones de Montaplex que formaban sobre los parqués dominicales son la fuente de inspiración de esta imperdible fiesta de la animación plano a plano, que se enriquece con el contraste entre los jaques intelectuales (las matrimoniadas de indio y vaquero son puro vicio) y una puesta en escena mínima.

“Pánico en la granja” escupe ingenio, humor y poesía a un ritmo tan vertiginoso que me hace recordar el (puesto en pie) magistral “Armas al hombro” de Chaplin.

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