Revista Historia

Pantai Remis, o cómo hacer una playa en 5 minutos.

Por Ireneu @ireneuc

Hace un tiempo hablé en este blog de las teorías según las cuales el Mar Negro se formó de forma violenta al romperse la pared montañosa que lo separaba del Mediterráneo formando el actual estrecho del Bósforo. Si intentamos pensar este cataclismo, encontraremos que es casi imposible llegar a imaginarse la tremenda fuerza que la naturaleza podría llegar a desplegar... o no. Si tiene alguna dificultad para hacerse a la idea, usted tranquilo, que el hombre, en su infinita sapiencia y aún más infinita estupidez consiguió recrear un espectáculo similar en Malasia el 21 de octubre de 1993. Lástima que no fuese a propósito, porque le quedó "niquelado"... bueno... estañado.

Pantai Remis es una ciudad al noroeste de Malasia, muy conocida en el país por sus minas de estaño, la cual es la base de la economía de la zona. La particularidad de estas minas es que las extracciones se producen muy cercanas a la línea de la costa y, en algunas ocasiones, por debajo del nivel del mar. Hasta aquí, todo normal, pero si a ambas circunstancias sumamos el querer aprovechar al máximo el yacimiento y añadimos una falla que no se esperaba, el resultado ya se lo pueden imaginar.

Efectivamente, hacia el mediodía del día 21 se detectaron una serie de filtraciones de agua marina que nada bueno hacían presagiar. En previsión, se paró la extracción y evacuó a toda la gente que se encontraba trabajando en aquel momento y, en un momento dado, una gran filtración produjo el desprendimiento de toda la pared contigua a la costa, lo que permitió que el agua de mar, a galope, ocupara todo el espacio de la mina creando un tsunami tremendo.

El resultado final fue que en la costa malaya se había creado, en cuestión de cinco minutos, una nueva ensenada de unos 500 metros de largo por 500 de ancho donde antes había un inmenso agujero a unos pocos metros del mar.

El espectáculo, contado, puede parecer que no sea para tanto, pero uno de los operarios chinos que trabajaban en aquella mina, y previendo la que se avecinaba, puso a grabar una cámara enfocando a la pared que posteriormente desapareció. La fuerza de la naturaleza desbocada, hace poner los pelos de punta a cualquiera.

La excepcionalidad de este documento, único en el mundo a pesar de su pobre resolución, ha servido a los científicos para ver cómo funcionan en realidad los corrimientos de masa y los desprendimientos.

Los malayos, por su parte, y gracias al accidente, ahora disponen de una nueva playa que es un reclamo turístico a la vez de una cicatriz más para la Tierra. Cicatriz que muestra fehacientemente que el hombre, se mire como se mire, no deja de ser más que una plaga para el planeta.


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