Pañuelos

Las madres caminaban en círculo, protestaban desde el silencio absoluto, silencio que dolía mas que la picana. Los pañuelos fueron por el sol porque las madres no descansaban, las madres no descansan aunque la cosa esté brava. Desde ese momento y para siempre los pañuelos son sinónimo de fuerza, memoria, verdad y justicia. Remite a la mujer valiente en la figura de esas mujeres que le hicieron frente a la muerte y al infierno.

No es casual, para nada casual, que hoy se utilicen pañuelos en esta revolución del nuevo siglo. No es casual tampoco que la causa siga siendo el genocidio, la violencia, el abuso y la muerte. Aquellas mujeres, las que salieron a la calle sin mas armas que su amor y que hoy día siguen recuperando identidades están vigentes en los pañuelos de las mujeres del nuevo mundo que mantienen el puño firme y los pañuelos amarrados con la fuerza de las convicciones.

Ayer fueron las locas de plaza de mayo, hoy son otras locas las que enfrentan lo establecido. Y en la boca de los mediocres estalla su lucha. Porque fueron y serán locas, porque es necesario la locura de decir basta a la domesticasion que desde siglo las asesina. Porque las están matando. Y si la justicia y la sociedad no actúa pues entonces que actúe la locura. Que la locura haga sus travesuras de revolución popular. Porque lo establecido es la bazofia que daña la inocencia de nuestros hijos, porque en el ermitaño que mira al mundo por televisión desde su sillón va a seguir germinando la estupidez y el embrutecimiento de una raza que aprendió a punta de revoluciones.

No es casual que sean pañuelos. No es casual que sean mujeres.