Panyee FC. Fútbol sobre el océano

Probablemente muchos recordéis cierto anuncio sobre un equipo de fútbol construido sobre maderas. Como yo, quizás tengáis una vaga idea de que el fútbol, alguna vez, alteró el curso de la vida para una población. Al inicio de éstas líneas, recordaba las imágenes de una cuadrilla de chavales sentados ante un horizonte de reflejos que cierto día decidieron rediseñar embarcándose en la excitante desobediencia, que es para todo niño, jugar al fútbol en lugares donde algo dice que no debes hacerlo.
Aquella historia me asaltaba en más de una discusión y siempre lamentaba no recordar las imágenes, el nombre del equipo de fútbol que nació de aquella ambición treceañera. Buceando un poco en esto que ahora me permite compartir mis pensamientos, he dado con un nombre: Koh Panyee FC. He dado con un nombre y con ríos de información sobre ello pero me voy a permitir el gusto de no delegar en otro la historia y colaborar a que el nombre de éste modesto club tailandés, no caiga más veces en mi olvido y resuene en vosotros.
No obviaré el privilegio primigenio de plasmar la historia de éste sueño que le corresponde a la agencia publicitaria Arc Worldwide de Leo Burnett, en una campaña comercial para el banco privado tailandés TMB con un eslogan: “Make the Difference”. En vista de éste magnífico corto, sólo queda añadir que las palabras serán el pie de foto de una historia perfectamente retratada que sólo trataremos de no emborronar. Historia que cuenta con muchos de los valores ideales del deporte. Humildad, lucha, superación e ilusión al servicio del fútbol.
Su historia, nuestra historia, comienza en 1986 cuando un grupo de muchachos decide cambiar un destino condicionado por el lugar donde han nacido. Con maderas y casi cualquier superficie firme de Ko Panyi deciden construir una superficie flotante emulando a los tantos campos de fútbol del Mundial de México 86. Aquella idea, no parecería disparatada para las 360 familias del pueblo si no fuera porque el campo de fútbol estaba siendo construido sobre el Mar de Andamán.

Las constantes irregularidades de la pista, las tablas sueltas, los picos dispuestos a castigar la planta de los pies e incluso algún clavo, memorizado tras las múltiples heridas provocadas, afilan las destrezas de nuestros protagonistas. Han aprendido a esquivar, saltar, zigzaguear entre las astillas, controlar los límites del terreno de juego e incluso a ser veloces con el balón en los pies en pocos metros. Han asumido que la precisión en los pases o disparos era el único método para evitar tener que recuperar el balón del agua cada tarde y han adquirido la destreza de driblar compañeros en un espacio reducido levantando siempre la cabeza mientras vigilan qué hay bajo los pies. Con la asimilación de todos esos movimientos hasta convertirlos en subconscientes, pronto llega la oportunidad de poner en práctica todo lo adquirido y deciden inscribirse en un torneo local.
Tras vencer en los primeros partidos, alcanzan unas semifinales en las que aprendieron otra valiosa lección: la entereza frente a la derrota. Al descanso, aquella antesala de la final estaba casi perdida. Diluviaba sobre el campo y las ropas y botas se convertían en una pesada carga que diluía sus ventajas. Al final del tiempo de descanso, los jugadores del Panyee saltaron descalzos al campo. La ligereza en sus movimientos y la recuperación de sensaciones habituales impulsó al equipo hasta empatar el partido. Pero aquel día, la suerte decidió que lo mejor para el futuro no era una victoria.
A pocos minutos del pitido final, nuestro equipo encajó un gol. Estaban fuera de la competición, pero la historia del Panyee FC, sólo acababa de comenzar.
A su regreso a casa, los vecinos de la isla perteneciente a la provincia de Phang Nga decidieron colaborar en la construcción de una sólida pista de fútbol que en la actualidad, es la cuna de uno de los mejores equipos jóvenes del sur de Tailandia y campeón en 2004, 2005, 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010 del Campeonato Joven del país.

Ésta, es la historia del club que comenzó con las manos vacías y la cabeza repleta de ilusiones. La historia del que en la actualidad es uno de los ejemplos más brillantes en el ámbito deportivo y una valiosa lección de voluntad (y no de dinero) como medio.

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