Siempre que hay malos datos se empieza a hablar de la famosa economía sumergida, que es el gran argumento para cualquier cosa. A cada aumento del número de desempleados sigue siempre la campaña institucional de autoridades, expertos y altos cargos varios explicando lo gorda que es la economía sumergida española, unas veces es el 24% otras el 16, otras llega hasta el 30, siempre a conveniencia de los datos. De lo cual concluyen que en España tiene que haber unos 240.000 millones de euros en la economía sumergida, cifra mágica que coincide con lo que cuestan la suma de todas las administraciones con sus fundaciones y empresas públicas, o lo que ha salido de España entre mayo de 2011 y mayo de 2012, en números redondos.
Un chollo contable y estadístico porque como es sumergida la cifra es una estimación y por eso se presenta como variable cuando es una cifra calculada por alguien en su despacho, como está sumergida no se ve, pero se contabiliza como si fuera un dinero existente. Cabe la posibilidad de que las autoridades hayan estado años sumando como dinero de la economía sumergida los 100.000 millones de euros que unos cuantos españoles tenían escondidos en Suiza. Como falta por saber lo escondido en Andorra, Mónaco, Islas de Canal, Gibraltar, Liechtenstein, Luxemburgo o Alemania sin ir más lejos, porque yendo más lejos nos vamos a Panamá, Islas Vírgenes, Gran Caymán, o Delaware, es muy posible que nos estén contando un cuento chino con lo de la economía sumergida.
Las autoridades no necesitan hacer nada porque los parados no lo son según ellos mismos, en realidad se les supone cobrando de la economía sumergida los 250.000 millones de euros que ni siquiera están en España, porque como no trabajen de sumergidos en Suiza para la cúpula del partido ese dinero no lo cobra sumergido alguno, le renta a Bárcenas, Correa y asimilados junto con los señores del hormigón y el ladrillo adjudicatarios de todo dinero público durante más de dos décadas. Porque seguro que en el negocio opaco de la prostitución hay dinero negro que escapa a Hacienda, no en vano es una actividad que no es ni legal ni ilegal, es alegal e invisible, por lo que no paga impuestos como bien saben las autoridades que así legislan. Lo que se mueva en el tráfico de drogas es otro dinero del que se puede contabilizar como existente e invisible, pero no incluir en la economía sumergida, porque no son actividades legales. Las organizaciones de mendigos o carteristas entran en el mismo lugar de economía delictiva o pordiosera más que sumergida.
Lo cierto es que el austero ministro Montoro, si se ahorra el sueldo de más de 600 funcionarios por extinción de su puesto de trabajo tras la jubilación lo que hace es repartir lo así ahorrado premiando a sus altos cargos con sobresueldos de 50.000 euros, deben de ser sin duda los que el otro día decía que eran los que elaboraban las dificilísimas reformas que él anuncia. ¿Cómo va a contener déficit alguno o crear puesto de trabajo quien decide que lo que se gastaría de menos lo repartirá entre los nombrados a dedo por él mismo por ser funcionarios y miembros de su propio partido a la vez?. Es la noticia perfecta para acompañar la de ministerio de Báñez, que de trabajo desde luego que no es, y los cuerpos de seguridad del estado, urgiendo a la policía y la guardia civil para que vayan a vigilar que los parados no estén cobrando de la economía sumergida. El año pasado todo el esfuerzo del estado para encontrarla se quedó en unos poco miles de personas que estando en paro trabajasen cobrando algo en la famosa economía sumergida. Un éxito que quedó en menos del 0,%, lo que costase deberían de hacerlo público ya. Ahora quiere redoblar los esfuerzos pagando los ciudadanos. Quieren tapar su incompetencia criminalizando con falsas acusaciones a las víctimas de sus desmanes, los sospechosos son los parados, dicen los amigos de los corruptos.
Hay datos que desmienten esta historia de que tanto como costamos nosotros es la economía sumergida, y son los datos de consumo de combustible para vehículos, si fuera tan grande la economía sumergida no se hubiera hundido un 20% en el último año. Tampoco su hubiera hundido el número de usuarios de transportes públicos. Tampoco se hubieran hundido las ventas de los pequeños comercios. Ni se hubiera hundido el consumo, porque en la economía estarían circulando 250.000 millones de euros al año y los datos dicen que esa cifra ha salido del país buscando refugio en los bancos alemanes, y otra de similar importe está escondida en dinero negro en los paraísos fiscales, pero no en la economía española ni en manos de parados o autónomos. Al final resulta que el fraude fiscal se concentra en un reducido grupo de personas que han acumulado enormes fortunas, los cuales no tributan porque se ha legislado para que así sea. La economía sumergida de una empleada del hogar que no es dada de alta por el contratante en la seguridad social ni ella se da de alta como trabajadora por cuenta propia, no es la misma que la de los señores de los sobres en mano y en negro. ¿No es cierta contabilidad B contabilizada como economía sumergida cuando es dinero negro salido de la corrupción organizada?. Saben de sobra lo que es y hasta cuánto es.
Porque economía sumergida es sin duda que el expresidente de Baleares una vez abandonada la política y el partido, dedicado a la empresa privada y cobrando lo correspondiente por sus anteriores elevadísimos cargos recibiera todos los meses de su antiguo partido 8.000 euros a cuenta de nada aparentemente mientras cobraba ingresos del sector privado viviendo en Washington, pagado con los fondos públicos en manos del partido de las indemnizaciones diferidas como simulación de sueldo y los sobresueldos mayores que los sueldos oficiales con pagas extra incluidas. Es fácil contabilizar como que están en manos de los ciudadanos como economía sumergida los millones de euros del tesorero y gerente vitalicio del partido, y atribuirle a los parados que sus millones escondidos en Suiza los tienen ellos, es fácil contabilizarlo porque toda esa falsa economía sumergida es pura corrupción practicada por quienes ellos mismos saben. Por eso no pueden solucionar el problema: son ellos. Francisco Correa era la economía sumergida en persona porque ni declaraba a hacienda por falta de ingresos.