Este es un gran recurso que apareció hace unas décadas en las revistas de interiorismo y decoración y los hogares supieron replicar con mucho acierto.
Utilizado como una forma para crear contraste, delimitar y destacar una zona importante, camuflar objetos o muebles o simplemente por estética, la técnica de empapelar una parte de una pared o pintarla de un color intenso, que cree gran contraste con el resto, es algo que todos nos hemos planteado o hecho en algún momento.
Empapelar todas las paredes de esta cocina podría haber sido muy abrumardor y excesivo, especialmente por el tipo de cenefa y colores tan intensos del papel floral, en contraposición a las líneas rectas depuradas de la cocina y el color blanco, pero en solo un rincón y en su justa medida, crea un juego de contrastes fantástico, la cocina es otra, es de repente elegante, atrevida y muy moderna.
Lo mismo sucede en el pasillo, en la zona de recibidor, pintado de gris muy oscuro, casi negro, lo mismo que la balda y la estantería, camuflando los dos elementos y diferenciando la zona del resto, como el lugar de almacenamiento de abrigos y zapatos al entrar.
En este pequeño piso, la técnica está utilizada perfectamente, con mesura y de forma atrevida, ya que no son contrastes ligeros, sino fuertes. Deberíamos atrevernos mas con elementos así, al fin y al cabo ¿qué es lo peor que puede pasar? ¿que no nos guste? siempre podemos volver al punto partida y listo :) ¿Habéis utilizado vosotros estas técnicas en casa?
Vía: Bjurfors