Con lo que se publica hoy en España las editoriales tienen que apostar en su marketing a caballo ganador si quieren que entre todas las novedades del mes el lector elija la suya. Y no se si ellos tendrán la fórmula mágica para acertar, pero yo tengo todo un ritual a la hora de elegir una novela, y es que cuando el tiempo cotiza en bolsa uno tiene que acertar las lecturas, casi es una obligación.
Generalmente aunque no sea lo más importante los libros nos entran por los ojos, las portadas hacen que los miremos antes que a otros. Y por supuesto que el género te guste, porque por bella que sea una portada si no es tu estilo difícilmente te acercarás a ella. Y dentro del género si se trata de histórica por ejemplo la época en la que transcurre la trama, porque una tiene preferencias en este ámbito tanto en la nacional, como en la mundial.
Y si seguimos, un personaje femenino potente me hace ir de cabeza tras una historia, tanto que me da igual que la novela se venda al peso, casi mejor, y sí, recuerdo que he dicho que mi tiempo cotiza en bolsa, y a que precios oiga... pero soy lectora de tramas de amplio recorrido como a mi me gusta llamarlas.
Si a estas alturas aunque no hayas leído Papel y Tinta, no sabes que cumple todos esos parámetros, quizás no entiendas porque la escogí, aunque no supiera de donde iba a sacar el tan preciado bien. En esta como en otras ocasiones #SoyYincanera me echó un capote, porque no solo me enamoró a mí y montar una simultánea fue un juego de niños en el que hemos disfrutado todas las participantes.
Y es que Papel y Tinta es una novela que puede atrapar a un lector por muchos motivos, por su ambientación histórica que me parece buenisima, por sus personajes tan adaptados a la época en la que vivieron, tanto los femeninos como los masculinos tienen sus luces y sus sombras, son ricos en matices. Por la prensa, si habéis leído bien, que no ejerza de periodista no quiere decir que no lo sea y no me sienta tal, y nuestra protagonista ¿qué desea ser?, síiiiiiiiiiiiii redactora como dice ella, y pretende poder ser corresponsal, cubrir conflictos bélicos, como me he visto reflejada en esa jovencita que lucha por cumplir sus sueños.
Pero me puede la pasión y como siempre me adelanto y hay tanto que decir de esta novela, hay tanto recoveco por el que adentrarse, que me da que no le voy a hacer justicia con esta reseña, pero tanto mejor, si consigo pícaros el gusanillo para acercaros a ella, habrá valido la pena el esfuerzo.
La autora:
Maria Reig nació en Barcelona en 1992, estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y un Máster en Dirección de Comunicación Corporativa en EAE Bussiness School. A los 24 años decidió centrar todos sus esfuerzos profesionales en que su primera novela, Papel y Tinta, viera la luz. En febrero desarrollo una campaña de crowfunding con el objetivo de recaudar fondos para la promoción del libro. En poco más de 24 horas consiguió el apoyo requerido y el proyecto se cerró con más del doble de la cantidad inicial. Gracias al éxito de acogida del proyecto al que se sumaron más de 125 personas, logró su meta, la publicación de esta novela, así con la financiación de sus primeros pasos como escritora.
La puedes encontrar en su pagina web https://mariareig.es//
Sinopsis:
¿De qué serías capaz por cumplir tus sueños?¿Que tenía que hacer una mujer para lograr los suyos en la España de principios del siglo XX?Madrid, primeras décadas del siglo pasado. Elisa Montero, aunque de origen humilde, es criada desde niña por su madrina, una adinerada y misteriosa mujer perteneciente a la alta burguesía madrileña. La sensación de no pertenecer a ningún lugar y de cierta rebeldía ante los designios que otros han trazado para ella será algo que marcará su vida. Elisa no solo buscará liberarse de las limitaciones que le imponen su condición de mujer y su posición social para lograr convertirse en periodista, sino que intentará tomar las riendas de su destino y entregarse al verdadero amor. Como testigo, la rabiosa y convulsa actualidad de una España entre guerras que acompañará en su lucha por conocerse a sí misma y sobreponerse a sus propios prejuicios.Opinión:
No se muy bien por donde empezar, quizás lo mejor sea comenzar por el principio, por donde empieza una buena novela, y cuando hablamos de novela histórica o ficción histórica, cada uno que escoja el término que más le guste, este no es otro que la documentación. Sorprende el titánico trabajo de documentación realizado por la autora y si cabe lo hace más por su juventud y por que se trata de una primera novela, con la que ha puesto el listón muy alto. Podríais pensar con esta afirmación que nos encontramos ante una novela densa y pesada de leer, y puedo aseguraros que para nada, o al menos yo no lo he sentido así.
Se nota que la autora se ha documentado históricamente porque nos encontramos ante una novela costumbrista exquisita y llena de contrastes como lo era la época en la que se ambienta, unos contrastes que vienen dados por las diferencias sociales, estamentos muy compartimentados que se ven a la perfección en los señores y sus sirvientes, pero también por la diferente vida que se llevaba en el campo y en la ciudad y que la autora introduce a través de la familia de Elisa.
Pero como buena periodista apuesto a que ha visitado las hemerotecas de algún periódico heredero de las cabeceras de la época o la sección de hemeroteca de una biblioteca bien surtida, porque no se si será evidente para cualquier lector, pero para alguien que ha estudiado periodismo salta a la vista, y es que los periódicos son una fuente de información y documentación muy preciada a la hora de retratar una época.
Y a pesar de todo el trabajo de documentación que se adivina detrás de esta novela no resulta densa, ni pesada, la trama va fluyendo, María Reig sabe mantener al lector pegado a sus páginas, deseando saber más, ver en que termina toda la aventura de una niña rebelde que crece a la par que avanza la lectura de este libro, porque en la novela constantemente están pasando cosas.
He de confesar que María Reig ha ambientado la novela en una de las épocas más convulsas de la historia de nuestro país, y una de las que más disfruto yo, porque con tanto baile de presidentes la inestabilidad era un sello de España, imagino las dificultades del trabajo periodístico, y al mismo tiempo me hubiera gustado estar allí, pero como redactor, evidentemente me hubiera gustado participar de esa vida que como mujer se me hubiera negado como a Elisa, así que ya podréis imaginar que he disfrutado como una enana las andanzas de Morales, López, Fernández, Simón, Pascal y como no las de Pedro Liébana, incluso con el genio de Ernesto Rodriguez de Aranda
Uno de los pilares más fuertes de esta novela son sus personajes, tanto los principales, como los secundarios, podría decirse que hay muchos personajes, pero estamos hablando de casi 800 páginas, y de la vida de una persona, y si somos consecuentes pasan muchas personas a lo largo de una existencia más si es tan controvertida como la Elisa Montero. A pesar de ese numero tan elevado de personajes no me he perdido en ningún momento, y algún merito tendré yo como lectora, pero supongo que el mayor de ellos le pertenece a la autora y a su buen hacer.
De entre esos personajes quiero hablar de uno, de la mujer que le da vida a esta novela Elisa Montero, desde que es una simple niña me ha fascinado, por la fuerza que era capaz de transmitir, la inocencia, la bondad, la rebeldía y al mismo tiempo se hacía querer, por el personal de servicio claro está, porque su madrina era una mujer dura como el pedernal incapaz de exteriorizar sentimientos, ni
afecto. No se si Elisa Montero es el alter ego de Maria Reig, en quien también se adivina una mujer luchadora, capaz de hacer realidad sus sueños, pero si puedo decir que en muchos momentos me he sentido identificada con Elisa, he sido capaz de meterme en su zapatos, en sus clochés, pero lo he sido más de meterme en sus pantalones, en sus bigotes, en definitiva en su disfraz masculino.
Me he sorprendido apoyándola en sus locuras, pero también reconveniendola cuando alguna de sus reacciones no me gustaban, no me erigí en juez y parte, pero me metí tanto en la historia que en ocasiones me preguntaba que hubiera hecho yo en su lugar, si como Pedro Liébana se lo perdonaba todo, como Elisa no siempre la comprendía, pero por suerte no viví su época y quizás por ello no supe tener altura de miras, no supe comprender su vértigo, no supe situarme en esa tesitura de las convenciones de las señoritas adineradas, y al mismo tiempo no entendía como esa lucha interna que se libraba en la señorita Montero no terminaba por devorarla.
Elisa Montero fue una mujer adelantada a su época, una mujer con sueños y con ganas de convertirlos en realidad, el papel que le tenía preparado la sociedad no le complacía pero al mismo tiempo estaba convencida de poder burlarlo gracias a su belleza y al enamoramiento de su pretendiente. Salir de la casona de su Madrina, Manuela Montero, se convirtió en un deseo tan fuerte que la cegó hasta el punto de no darse de cuenta de con que tipo de hombre se iba a casar. Desde las primeras líneas nos avisa Elisa de sus muchas equivocaciones y que no es como para sentirse orgullosa de ser quién es.
Sin embargo yo pienso todo lo contrario, que si que es como para sentirse orgullosa de ser quien fue, porque es gracias a mujeres como ella, a mujeres que se rebelaron contra lo que se esperaba de ellas, que las féminas de hoy hemos llegado a gozar de una mayor libertad, queda mucho camino por recorrer hasta lograr la igualdad, pero estamos más cerca que a principios del S. XX, gracias a mujeres como María de Maetzu, Carmen de Burgos "Colombine" que tienen su espacio en esta novela tenemos mucho camino hecho.
Un personaje injustamente tratado durante toda la novela creo que es Manuela Montero, en ella se percibe a una mujer adelantada a su tiempo, pero al mismo tiempo anclada al que dirán y a las convenciones sociales, mantuvo perennemente su condición de viuda, pero no por ello tuvo algún pretendiente, y tampoco ello le impidió reunir en su casa una tertulia literaria formada mayormente por hombres, como Ortega y Gasset, Gomez de la Serna, Luis Bello o los hermanos Moreno de Torres entre otros, eso sí clandestina. Elisa siempre tuvo la percepción de que a su Madrina no le gustaban los niños, y muchas veces no sabía a que atenerse con ella, porque le imponía unas normas que la asfixiaban como una mordaza y sin embargo se mostraba flexible cuando transgredía algunas de sus prohibiciones. No puedo decir que doña Manuela me cayera simpática porque no imagino el infierno de vivir bajo su mismo techo, pero a su forma procuró que Elisa tuviera una educación, que pensara por ella misma, que vistiera conforme a su posición social para eso sí, pescar un buen marido que era el fin último de toda aquella inversión si queremos llamarlo de alguna forma.
Todos y cada uno de los personajes de esta novela te atraen o te repelen, ninguno de ellos por poca relevancia que pueda tener resulta plano ni le es indiferente al lector, María Reig para ser su primera novela ha hecho una gran labor en ese sentido puesto que tanto física como sicológicamente están tratados con mucho mimo, cuesta reconocer tras sus letras a la autora primeriza que es. Pero no quiero hablaros más de ellos, prefiero que los descubráis a través de esas casi ochocientas páginas, como he tenido el placer de hacerlo yo.
Meternos en la época histórica es una gran hazaña que os confieso que no voy a acometer, porque me podría cegar la pasión y podría aburriros porque no dispongo de la amenidad de la escritora de esta historia. De su pluma Madrid se convierte en un personaje más de la historia, vive, respira y en ocasiones da la sensación de ser de carne y hueso, pasear por sus calles es una delicia y no solo me da a mi esa impresión, lo he hablado largo y tendido con Ana Kayena que es una enamorada de su ciudad la conoce en la actualidad y también desde su evolución histórica y la autora ha sabido insuflarle vida y eso sorprende en una mujer nacida en Barcelona y que ha vivido allí su infancia y adolescencia para recalar en Madrid en su época universitaria, y ello a riesgo de ser muy pesada evidencia la gran labor de documentación de la autora a pesar de su juventud. Reconozco que la lectura de esta novela es un plus añadido para cualquier madrileño de nacimiento o de adopción con un mínimo de curiosidad histórica.
Y ahora me voy a esa parte que a mi por deformación profesional me ha fascinado, y es el día a día en un periódico, como se conseguían las noticias, como se trampeaba con la censura, los confidentes, las rencillas y competiciones entre redactores, y como el Director de un periódico modesto como El Demócrata había de ir haciendo equilibrios entre los gastos y los ingresos. Me ha encantado volver a reencontrarme con las linotipias, las máquinas de escribir, el humo en las redacciones, los gritos de los redactores, todo ello hoy no existe, el trabajo de un redactor es mucho más cómodo, lo puede realizar desde su propia casa a golpe de teléfono y ordenador, eso sí, sigue siendo a golpe de tecla e ingenio, tanto para lograr encontrar exclusivas como para seducir al lector con las forma de redactar y más con las ofertas que tiene hoy cualquier persona tanto en el campo de la prensa escrita, como en la digital, como en radio, televisión, plataformas digitales.... Si señores el periodismo hoy más que nunca es ingenio
Nos encontramos sobre todo ante una novela costumbrista que narra la vida de Elisa Montero a través de cuatro partes, que corresponden a la niñez, la juventud, el matrimonio y la madurez de la protagonista, esas cuatro partes a su vez cuentan con 16 capítulos, pocos si contamos con que la novela tiene 780 páginas. A medida que Elisa va creciendo somos participes de los contrastes en las clases sociales de la época, por un lado la Alta Burguesía, a la que pertenece Elisa por adopción, con sus bailes, sus meriendas, sus cenas, sus modistas, sus paseos, sus cafés, nos encontramos otra clase intermedia, burguesía también pero tan adinerada, a la que podría pertenecer Catalina, mucho más libre de convencionalismos, en la que no todo esta mirado con lupa y perder la reputación pueda resultar un drama, y por último las clases sociales bajas, trabajadoras, ahí a una mujer no se le afeaba el trabajar, era una necesidad tanto para ellas como para la clase acomodada. Pero si acaso el mayor contraste se advierte en la vida del campo y la ciudad, la vida rural es mucho más desfavorecida, quizás en este momento es cuando Elisa se da cuenta de que su infancia no ha sido tan mala como pensaba porque podría haber sido mucho peor.
Y estos contrastes y la forma en que la autora los muestra al lector me han tenido completamente maravillada durante toda la lectura, con una prosa ágil y cuidada y los diálogos de los personajes adaptados a su condición social, incluso cuando hablaba la gente del campo se permitía la autora licencias para dotarlos de verosimilitud que me ha gustado encontrarme. Dudo que ningún lector no logre enamorarse de este libro tan bien hilado, tan coherente con la época en la que se desarrolla, con un personajes tan sublimes, si hay algún pero yo no he sabido encontrarlo y Elisa se va a quedar a mi lado durante mucho tiempo, tengo el libro lleno de marcas para releer los párrafos que más me han llamado la atención, casi todos referentes al papel de la mujer a principios de siglo XX pero también del quehacer periodístico, y como no de esas descripciones del Madrid de antaño que de haber tenido más tiempo de ocio hubiera buscado en documentales.
Conclusión:
María Reig ha escrito una primera novela francamente buena, se ha puesto un nivel muy alto que espero sea capaz de igualar al menos en su próxima novela, porque si algo me ha quedado claro es que ha llegado para quedarse, tanto entusiasmo no se derrocha para una única publicación.
Me ha encantado recorrer el Madrid de los años 20 de la mano de Elisa, acompañarla en su maduración, en las decisiones que ha tomado, cometer locuras a su lado, me convertí casi sin darme cuenta en su confidente y encubridora. Me ha gustado conocer a todos esos personajes con los que alterna, con los que conversa, va de bailes, o discute de política, la voz de la señorita Montero era brillante aunque como mujer solo le correspondiera arreglarse, tocar el piano, y callarse cuando los hombres conversaban.
Anímate a embarcarte en una aventura que seguro que disfrutas y descubrirás una mujer fuerte, y lo que es capaz de hacer para que sus sueños se hagan realidad, aunque el camino no sea de rosas, si no que haya más espinas que otra cosa.
Y si te llama la atención el periodismo y su mundo este es un añadido más, en el encontraras las notas de humor que distienden los pasajes más históricos, aunque confieso que a mi nada me ha resultado pesado, solo el libro cuando lo llevaba en el bolso, mi hombro se ha declarado en huelga y protesta a la mínima.
Espero haber picado tu curiosidad y si te acercas a Papel y Tinta a través de mi recomendación compartas tus impresiones conmigo, si ya lo has leído no dejes de hacerlo igualmente, será un placer conversar sobre él.