Revista Cultura y Ocio

Papeles arrugados, de Diego Arboleda y Raúl Sagospe

Publicado el 15 febrero 2016 por Rustisymustis @rustismustis
Papeles arrugados
Autores: Diego Arboleda y Raúl Sagospe
Editorial: Anaya
Páginas: 175
ISBN: 9788467828870
Sinopsis
¿No conocen ustedes el elegante Balneario de Melancólicos? Durante muchos años fue elegido por magnates y aristócratas como el sitio idóneo para descansar y relajarse. También es el lugar preferido de dos niños, Jaime y Greta, que no son ni un magnate ni una aristócrata, sino los nietos del director.
Pero en el año 1937 y con el país en guerra, el balneario es tan solo un edificio perdido entre las montañas. Y, la verdad, aquí vienen pocos clientes. Muy pocos. Casi ninguno. En realidad, solo uno. Y ese único visitante, al parecer, es un monstruo. (Sinopsis de la editorial)

Reseña de Mustis
Papeles arrugados, Diego Arboleda Raúl SagospeEs un orgullo para nuestro blog poder decir que la reseña más leída hasta ahora de todas las que hemos publicado es la de Prohibido leer a Lewis Carroll. Y es un orgullo por la importancia que tanto Rustis como yo damos a la literatura infantil, y por lo bueno, bueno, buenísimo que es este libro.
Hoy os traemos la reseña de un libro anterior del dúo formado por Diego Arboleda y Raúl Sagospe: Papeles arrugados. En esta ocasión, la historia tiene dos vertientes. Por una parte, conocemos a dos niños, Jaime y Greta, que viven en Madrid con sus padres. El padre es escritor y la madre pintora, cosa que no resulta demasiado seria para el abuelo Crisóstomo. Y la segunda parte de la historia es, precisamente, la del Balneario de Melancólicos, propiedad del señor Crisóstomo, y donde, por lo que parece, se ha avistado un misterioso monstruo.
Como siempre en la obra de estos autores, las ilustraciones se funden con el texto perfectamente y casi en cada página encontramos dibujos de Raúl Sagospe que complementan lo que Diego Arboleda nos está contando. ¡Y es que las ilustraciones son tan, tan, tan bonitas! 
No vamos a olvidarnos del texto, por supuesto: Diego Arboleda consigue atraparnos con una historia tal vez menos redonda que la de Prohibido leer a Lewis Carroll pero igual de encantadora. Me ha gustado mucho la relación tan tierna que Jaime y Greta tienen con sus padres; especialmente el pasaje en el que les explican el porqué de sus nombres me parece precioso. También hay, por supuesto, mucho humor, provocado en gran parte por ese abuelo cascarrabias que siempre se queja por todo. Incluso hay pasajes un poco inquietantes, cuando en el balneario se busca a un monstruo que aparece de vez en cuando atemorizando al personal, y otros muy evocadores, como el relato de cómo el abuelo Crisóstomo conoció a su mujer.
Esta historia tiene como telón de fondo la Guerra Civil, ya que todo ocurre en 1937. No se habla directamente de ella para aleccionar a los lectores, pero está siempre presente: Jaime y Greta no pueden salir prácticamente de casa durante un año (debido a los bombardeos) y la Guerra es la razón de que sus padres decidan enviarlos al balneario de su abuelo. Además, hay un homenaje precioso al Guernica de Picasso, ya que los monstruos (el caballo y las personas que llegan al balneario) aparecen al principio pintados como las figuras de este cuadro y en tonos grises, y es durante su estancia en el balneario cuando van recuperando su forma normal. Aunque los niños no lo comprendan, ésta es una clara alusión a lo que esa gente había sufrido y al oasis que representaba para ellos el Balneario de Melancólicos. Por detalles como éste el libro puede ser disfrutado tanto por pequeños como por mayores.
Papeles arrugados, Diego Arboleda Raúl Sagospe
Me pregunto cómo sería un libro escrito por Arboleda e ilustrado por otro artista, o escrito por alguien diferente e ilustrado por Raúl Sagospe. Sería muy curioso poder ver el resultado, pero a la vez yo necesito muchos más libros de este perfecto dúo. ¡Qué maravilloso sería poder conseguir uno de esos "papeles arrugados" a los que alude el título de este libro! Mi próxima parada será Los descazadores de especies perdidas, que ya está en mi estantería. Como siempre, mis peques me han tomado la delantera y ya se lo han leído como todos los anteriores, y creo que el veredicto es muy positivo, así que no tardaré mucho en leerlo también. 
Para mayores o pequeños, altos o delgados, gordos o flacos,... Seáis como seáis, no os podéis perder este libro. Es otra maravilla de Arboleda y Sagospe. ¡Ah! Y un apunte final: la edición de Anaya es requetebonita.
Nuestra sugerencia para acompañar tu lectura: El desván de la fantasía, de Cruz Delgado y José Ramón Sánchez




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