El profesional de no hacer nada denuncia inseguridad en su cuenta de Twiter, presuntamente “hackeada” por alguien que insultó a la hermana adoptiva de Francisco Rivera Pantoja y a su novio, presunto padre de lo que vendrá después. Uno, bastante lego en informática, supone que una vulnerabilidad como la descrita por este muchacho, daría bastantes quebraderos de cabeza a la empresa responsable de la red social, que tiene unos pingües beneficios en su actividad comercial, y no pudiendo dejar la privacidad al azar, se hubiese publicado el defecto, así como la consiguiente subsanación por parte de la compañía. Nada de eso hubo. No news, good news. Kiko Rivera, el hombre del eterno chándal para conducir su Audi R8 (“peaso carro” según él mismo), el vividor de la noche, el artista sin arte, se pilló medio cabreo con su futuro cuñado y lo saca a parir en las redes sociales, para desmentir después su comportamiento y cargar la culpa a un mal funcionamiento del sistema. Y lo peor de todo, es que resulta noticia de periódico de tirada nacional y se comenta, tanto en las redes como en los blogs, léase incluso este propio caso. Vergonzoso.