Los paraguayos que residimos en el exterior y nos mantenemos informados de lo que pasa en nuestro país reflexionamos y hacemos “comparaciones”, esa es la razón por la cual sacamos conclusiones diferentes y podemos aportar ideas diferentes a quienes están dentro del país.
Es más que evidente que no podemos, ni pretendemos, “solucionar el problema”. Solo queremos aportar ideas que puedan servir de punto de referencia, aun cuando “no sea LA verdad”.
Cuando uno no vive dentro del problema y no es el protagonista directo de la situación, es muy difícil que pueda sentir y precisar con exactitud la dimensión del problema. Sin embargo, por aquello de la experiencia cognitiva, uno puede hacer comparaciones, relacionar los hechos y sacar alguna conclusión. Para ello necesitamos de REFERENCIAS, es decir actos y hechos similares, sean con los mismos, o con otros, personajes y escenarios.
Los que conocemos a nuestros parlamentarios y toda “la maquinaria política paraguaya” no nos extrañamos cuando dicen los disparates que dicen, ni siquiera nos extraña el enfoque que le dan los medios de comunicación. Estamos habituados a ello, no hemos vivido ni leído otra cosa en décadas. A pesar de que ya hay conexión a internet en nuestro país, mucha gente aun no ha aprendido a usarla en su debida forma, todavía no sabe sacarle el máximo provecho, usa la internet de la misma forma que “usa” los medios de comunicación televisivo, radial o impreso: solo para divertirse. Informarse le resulta aburrido. Hacer una compilación de hechos relacionados a determinados personajes claves de la política con miras a formarse una opinión ya le resulta más complicado aun.
Esa es la razón por la cual nuestro parlamento sigue albergando a gente incompetente, inescrupulosa y mediocre, incluido el 95% de toda la máquina burocrática vigente en el país.
Si queremos cambiar nuestro país tenemos que “tomar el toro por las astas” y buscar “aprender” una metodología distinta de formación cívica. Reeducarnos en nuestro cotidiano informativo y formativo. Debemos empezar por admitir nuestras debilidades y darle la prioridad necesaria.
Nuestro país necesita urgentemente de NUEVAS IDEAS, no solamente de nuevas personas ni de nuevas generaciones.