Lucir todos los looks que se me antojaron el año pasado y que no pude (lo bueno es que tengo antojo de usar prendas que YA tengo en el armario).


Abusar del rosa en toda su paleta. Dicen que el naranja también se lleva, pero lo veo más complicado.

Recuperar los cinturones. Quiero uno rústico tipo fajín y uno en plan fiesta, con detalles dorados. Aunque se llevan mucho los finitos de colores. Así podré reciclar las prendas de embarazada que me compré el año pasado.

Llevar pantalones anchos con plataformas, un look impensable para mí el verano pasado.

Gastarme el dinero en faldas, vestidos entallados y pantalones slim (los vestidos imperio y los blusones fueron mi uniforme del año pasado).

Ponerme un cardigan abrochado por dentro de la falda o del pantalón. Tengo ganas de probar ese look.


Esto no tiene la categoría de propósito sino de mandamiento. En una época en la que todo el mundo tiene las famosas planchas GHD y las sabe manejar, yo no sé hacerme un moño descuidado o un cardado. Imperdonable para poder imitar el estilo sesentero de la costa azul que se lleva este año (Brigitte Bardot es la musa de la temporada).

Atreverme con el color.

Renovar mi vestuario de playa. El verano pasado sobrevivi como pude, con un pantalón que tenía algo ancho de cintura y con vestidos de punto que ceden. Quiero cosas nuevas.

PD. Del marcador de la temporada otoño-invierno 2010/2011 he logrado sólo 4 sobre 10, pero estoy medio exenta por el embarazo, post-parto, etc. ¿no?
Fotos: Style, Sartorilist, Fashionising.
