El e cuento que decidí cortar con mi tendencia a la
post anterior planteaba qué significa exactamente lo que decimos cuando, por hacernos los simples y directos, no somos del todo explícitos.
Los temas son de lo más variados y muchos se escudan en ser directos para poder obviar el ser claros. Yo entre ellos.
En este caso: t
procrastinación. Es decir:
- Me levanté temprano
- Armé la lista de todas las taréas pendientes
- Las dividí por orden de prioridades
- Después las reordené por afinidad de temas
- Después las reagrupé por orden alfabético
- Después me di cuenta que no me acordaba de qué forma los había ordenado
- Después noté que tampoco me importaba
- Los volví a ordenar pero por orden de aparición
- Arranqué con el primer ítem de la lista
- Le puse mucha garra para terminarlo
- Me empecé a aburrir
- Jugué a armar anagramas con la lista de pendientes
- Me dio hambre
- Me hice el desayuno
- Recordé que había visto una receta muy rica para la hora del almuerzo
- La busqué por internet
- Vi que tenía mensajes en Facebook
- Lo quise comentar en twitter
- Me mandaron otras versiones de la misma receta
- Me faltaban ingredientes (ver por qué)
- Me fui al super
- Compré un montón de cosas que no necesitaba
- Me dieron un cupón de descuento para el cine
- Me fui al cine
- Se me pudrieron las cosas de heladera que compré
- Quise anotar en la lista para mañana volver al super para comprar lo que se me pudrió y poder hacer la receta que quería
- Ya no sé en qué orden poner esto en la lista
- Quedé agotado
- Me voy a dormir y mañana veo
Para hacerla corta: decidí cortar con mi tendencia a la procrastinación.