17/07/2012 11:59:37
Por Mercedes Rodríguez García
La producción de leche descendió en 39 millones de litros durante el año 2011. El Estado no puede seguir pagando a los productores centenares de millones de pesos por una leche de baja o mala calidad. Necesario revocar el modelo conceptual cooperativo, errado y obsoleto.
Al cierre de mayo solo 5 674 bodegas recibían directamente la leche producida por los campesinos (810 menos que a principio de año).
Entre las razones del decrecimiento en la entrega de leche a las bodegas incidió la falta de reservas alimenticias para el ganado en el período de seca, y el gasto excesivo de combustible para trasladar este producto a las áreas de comercio.
El tema de la ganadería vacuna es el más complejo y difícil de resolver, debido a que el 66 por ciento de la masa vacuna está en manos del sector cooperativo y campesino, y son muchos los criadores que se encuentran dispersos.
Los avances son discretos. Por ejemplo, en el incremento de la natalidad, la disminución de la edad de las novillas en su incorporación a la reproducción y el aumento de la siembra de alimentos para la masa pecuaria. Pero ahí no se pueden quedar.
Los ganaderos no pueden pensar que las cosas le caerán del aire ni la Agricultura admitir el voluntarismo que prima en el sector.
Hay que mejorar la calidad de la leche, la cual se ve afectada, entre otros aspectos, porque cerca de 200 tanques de acopio refrigerados, permanecen inutilizados por roturas. Urge la rehabilitación de esos envases, cuyo costo según los responsables de recuperarlos todos oscila en los 12 000 dólares.
El Estado no puede seguir pagando a los productores centenares de millones de pesos por una leche de baja o mala calidad, que aunque no envenena a nadie, no cumple los parámetros establecidos.
Existe un proceso de actualización de la ganadería y se cuenta con los recursos necesarios para que el sistema de Control Pecuario funcione eficientemente. También fue modificada la Resolución 371 relativa al control de la masa vacuna, lo cual flexibiliza los trámites para controlar el ganado y la compra venta entre las cooperativas. ¿A qué se espera?
No sería mala idea revocar el modelo conceptual cooperativo, está errado, obsoleto. Se imponen cambios: de manos, de cuerpos y de mentes que «muevan las fichas» y «sacudan la mata»... con más brío.
Etiquetas: producción, leche, ganadería, cooperativismo, decrecimiento, ganado