Son muchas las personas que cada día le recuerdan a los demás lo mal que les sale todo, incluso se machacan a sí mismas repitiéndose una y otra vez la mala suerte que tienen en la vida. Es cierto que a veces todos tenemos rachas o épocas en las que las cosas no nos salen como nos gustaría pero, ¿es cuestión de mala suerte? ¿Hay algo más? Tanto si eres de los que se están todo el día lamentando como si no (aunque especialmente a los primeros), te vamos a dar 4 consejos para reflexionar y pensar sobre ‘la mala suerte’.
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1. Ojo con las expresiones del tipo:
- Todo me sale mal.
- Qué mala suerte tengo.
- Siempre me pasa a mí
- ¿Qué será lo siguiente?
- Ya no me puede pasar nada más porque ya me ha pasado de todo.
Estas expresiones, en ocasiones son peligrosas porque no nos permiten ver con claridad y enfocar en la parte positiva de la vida. Hemos dicho que todos podemos tener rachas o épocas pero todos los días hay algo o alguien que nos pueda alegrar un poco. Búscalo pero sobre todo, no generalices con expresiones como las anteriores ni utilices términos radicales como ‘todo o nada’, ‘siempre o nunca’ porque los puntos medios también existen y si piensas con objetividad y claridad es difícil que ‘TODO’ salga mal. Es cuestión de enfocar y pensar de forma racional.
2. Ojo también con pensar que algo nos va a ir mal aunque aún no nos haya pasado. ¿Conoces el efecto pigmalion o la profecía autocumplida? Pues bien, esto son dos efectos que se producen cuando una persona cree que algo le va a pasar y al final le pasa. ¿Por qué? Porque está condicionada a llevar sus acciones y actitudes por ese camino. Muchas veces de forma inconsciente. Por ejemplo: si alguien dice: ‘seguro que hoy me pasa algo malo, con la mala suerte que tengo últimamente…’, es más probable que que a esta persona no le salgan bien las cosas ese día, por el simple hecho de pensar, sentir y actuar en esa línea negativa, de resignación, etc. Esto no quiere decir, que sólo por pensarlo nos vaya a suceder. La inseguridad, el miedo, la poca confianza a veces nos juegan una mala pasada y en muchos casos el problema no es cuestión de suerte sino cuestión de ACTITUD.
3. Nuestro futuro no puede estar condicionado a la suerte que puede ocurrir pocas veces o muchas (ya sea buena o mala suerte). Si trabajas, te esfuerzas, estudias, buscas, te mueves, lo más probable es que obtengas buenos resultados en tu vida. Muchos te dirán cuando consigues algo por haberte esforzado que tuviste suerte, pero piensa si realmente fue cuestión de suerte o simplemente te esforzaste para conseguirlo. A veces los buenos resultados son cuestión de estar en el momento adecuado (suerte) y de esforzarse, pero sin el segundo elemento, todo es mucho más difícil. En definitiva si los resultados dependen de 2 factores, esfuerzo y suerte, el factor suerte no lo podemos controlar pero sí el esfuerzo, trabajo, dedicación, actitud y motivación.
4. Cuando algo ‘malo’ te pase, pregúntate por qué te ha pasado y si podías haber hecho algo para evitarlo. Si la respuesta es que sí, mejóralo en la próxima ocasión ya que depende de ti y si la respuesta es NO, piensa si se trata de suerte o que simplemente hay veces que las cosas pasan porque tienen que pasar. Casi con total seguridad podría decirse que el primer paso para no tener mala suerte es dejar de pensar que se tiene mala suerte.
Yolanda
Yolanda Pérez Directora del centro de Psicología Eclipse Soluciones. Doctora en Psicología (nº col. CV-9418) y Master en Psicología de la Salud. Especializada en terapa adultos-intantil. Experta en formación y orientación laboral.