Revista Viajes

Para los que leemos entre coordenadas – ¡Es momento de despertar!

Por Traveler2be @traveler_2be

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Nos sentamos ocho horas frente a la computadora, pero antes estuvimos unas dos horas de camino al trabajo mientras desayunábamos casi sin masticar, para que después de esas 8 horas, tengamos que pasar dos horas más de vuelta a casa.  Y es que para quien tenga suerte, esa inversión de tiempo, puede tener un ahorro de un par de horas… pero no más.

Recibí un Whatsapp de mi amigo Byron que me mencionaba que TENIA (un deber)  que leer un artículo que había subido a Facebook por la simple razón de que era revelador. Eso sucedió justo cuando iba llegando al trabajo y creo que no hubo una mejor forma de iniciar el día.

Ya sé que nuestro blog es un blog de viajes, no me he equivocado con mi diario jaja (no tengo uno :P). La cuestión es que para quienes leemos entre coordenadas, esto es importante. Leemos entre coordenadas quienes andamos buscando un punto entre todo el mapa que nos inspire, que nos anime a visitar o que simplemente nos suene bien, y esto es para quienes hacemos eso todo el tiempo.

El artículo es súper extenso, pero creo que es uno de los pocos que ha logrado descifrar el sistema del que somos parte. El artículo “Your Lifestyle Has Already Been Designed (The Real Reason For The Forty-Hour Workweek)” cuenta de una forma muy simple como todos estos años hemos sido parte de un sistema social en el que el mismo sistema espera de nosotros un comportamiento determinado, una forma de pensar congruente con el sistema y posiblemente, un futuro muy muy parecido para todos. Como si se tratará de un menú único para todos donde solo tienes esas opciones a escoger, no puedes antojarte de nada más porque cuando lo haces… eres el raro entre tus amigos jaja. ¿Y cómo es que una persona se da cuenta por si misma que está siendo manipulada en el mundo del consumismo y el comportamiento “adecuado”, haciéndolo comportarse como uno más de la manada, haciendo lo que todos hacen? Mejor aún, ¿cómo podemos despertar del adormecimiento de la rutina y el consumismo diario? Ir el lunes por un café por la mañana antes del trabajo… ir el martes por un café por la mañana antes del trabajo… ir el miércoles por un jugo de naranja antes del trabajo solo porque “hay que variar la rutina” y no tomar café todos los días… No sé ustedes, pero esa “gran” variación me da tristeza jaja.

Pues si lo pensamos mejor, podríamos ir todos los días por ese café que nos sabe tan bien, pero para variar el día decidimos ir después del trabajo a ver alguna de las pelis en la cartelera. Al siguiente día, podemos ir directo a casa o tal vez al gimnasio. Y te pasas los siguientes meses haciendo esas pequeñas variaciones de tu rígido cronograma de vida para darte cuenta que en efecto, has estado haciendo lo mismo todas las semanas. Cine, cafés, cenas, tragos con amigos, y ¿repite la receta si la primera vez no te dio resultados satisfactorios?

Nada más sin vida que la rutina. Y aquí es donde al fin hago conexión con el propósito de nuestro blog: VIAJAR. David Cain se pasó 9 meses de su vida viajando como backpacker y ahora pasa sus días comprando cafés caros buscando en cada sorbo que al menos se parezcan a los cafés que tomaba en Nueva Zelanda. ¿Por qué? Yo creo que debe de ser porque nada es tan bueno como verlo, sentirlo, vivirlo o saborearlo directamente de su lugar de origen; pero también creo que va más allá del sabor peculiar que podía tener el café. Creo que ese café puede ser actualmente la forma que tiene David para conectar con todo lo que vivió y sentirse un poco más cerca de esa sensación de libertad y tranquilidad que pudo haber tenido durante esos meses de viaje.

Salir de viaje, escoger un punto entre las coordenadas del mapa y dejar todo atrás es lo que yo llamaría un auténtico Reset jaja. De repente te preparas para tu viaje de unos 5 días o puedes irte años, pero igualmente te preparas. Avisas a tus amigos, familia y personas que te interesan que en los próximos días, no estarás disponible. Te vas… simplemente te vas. Llegas a otra sociedad, otra cultura. Caminas por las calles y ya no eres tú el que solía ir por un café antes del trabajo, ni el que ideo la grandísima idea de ir al gimnasio para “variar su rutina”.

Entonces, ¿quién eres ahora?

¡Pues quien quieras ser!

Claro, no estoy diciendo que te inventes un personaje y lo interpretes, técnicamente eso es mentir y depende lo que hagas, es ilegal jaja. Estoy diciendo que puedes escoger entre dos opciones posibles: o sigues siendo la persona extra ocupada de su ciudad de origen, que viste como todos, habla como todos y compra lo que todos compran; o puedes ser tú. Si es la primera vez que te enfrentas a esta situación, pues entonces la segunda opción puede resultar difícil, pero no imposible.

Y eso es lo que más adoro de viajar. No tengo que preocuparme porque lleve pantalones de rayas con una blusa de lunares, si a mí me gusta, ¿qué más da? Nadie me conoce. Y si conozco a alguien, pues me habrá conocido así desde un inicio y no tendrá patrón de comparación como para luego verme con cara de “trágame tierra” cuando entre a un café con el cabello teñido a manchas de colores jaja. No digo que lo vaya a hacer, pero entendieron el punto.

Unos despiertan del adormecimiento antes de salir del lugar, pero a otros como yo, les costó viajar al otro lado del mundo para despertar. Y en mi caso, el efecto fue un poco el estilo hippie jaja. No quiero una gran casa, no quiero un carro último modelo y hasta he regalado casi la mitad de mis zapatos (y eso para una mujer es grave jaja). Viajar me hizo darme cuenta que no ocupo nada de eso para ser más feliz que cuando no lo tenía. Se trata de vivir con lo necesario, darse lujos de vez en cuando y caminar todos los días. ¿Por qué caminar todos los días? Porque la mayor parte de las personas que viajan, llegan al país de destino y se pasan días recorriendo la ciudad. Muchos lo prefieren para conocer sus calles, su gente y sumergirse en la cultura; pero… ¿por qué no importar esa sensación en nuestras propias ciudades? Adrián y yo siempre andamos un par de tennis en nuestras mochilas, las cargamos hacia el trabajo y nos verán con ellas puestas después del trabajo. Pasamos al menos una hora al día caminando, cambiando de rutas, viendo cosas y gente diferente, y a veces hasta nos asustamos de todo lo que se ve jaja, pero se trata de eso… de bajarle la intensidad a la vida cotidiana, de no aburrirse ninguno de los días y disfrutarlos como si se tratara de un viaje hasta que llegue el siguiente.

La verdad es que todos estamos a tiempo de comenzar a pensar y no permitir que nuestros sistema social haga el raciocinio por nosotros. Si tienes la oportunidad de viajar, pues viaja. Si no, no importa, tan solo toma tus cosas y date unas vacaciones lejos de lo que normalmente visitas. ¡Viaja!

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Fisterra, Galicia – España


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