Hoy 5 de mayo, es el Día Internacional de las Matronas.
La matrona es el profesional sanitario adecuado y formado para atender los partos. Son enfermeras (y últimamente también enfermeros) que tras realizar pruebas de acceso EIR se especializan en Obstetricia y Ginecología. Hay que recordar que la gran mayoría de partos son normales y no requieren de la presencia de un obstetra, las matronas están preparadas para atenderlos hasta el final, expulsivo incluído.
Pero estas no son sus únicas funciones, también proporcionan una atención integral a la salud reproductiva, sexual y maternal de la mujer, atendiendo a la madre en el diagnóstico, control y asistencia al embarazo, parto, puerperio normal y la atención al recién nacido.
Puede que muchas de nosotras no lo sepamos, pero las matronas no solo acompañan a las mujeres durante su embarazo y parto, también están preparadas para atender a mujeres durante su adolescencia con actividades educativas en materia de salud sexual y reproductiva, información y asesoramiento en métodos anticonceptivos o enfermedades de transmisión sexual, y durante el climaterio con información y consejos sobre la menopausia, prevención de alteraciones del suelo pélvico, incontinencia urinaria, etc... No conozco a muchas mujeres que hayan visitado a la matrona para este tipo de consultas a lo largo de su vida, yo misma solo he acudido a su consulta durante mi embarazo.
La matronería es importante para la salud de la mujer y cumple unas funciones necesarias según el momento en el que esta se encuentre. Puede que por eso, la mayoría de sus funciones no son conocidas, porque es un profesional sanitario específico para la mujer. Y puede que por eso mismo, en muchas maternidades se les trate como un profesional de segunda sin autonomía ni capacidad de decisión, relegado al poder y sabiduría de los obstetras.
No es algo nuevo si digo que no hay suficientes matronas, ni en los centros de atención primaria, en los cuáles atienden a un gran número de mujeres, (muchas veces tienen pocos minutos para hablar con una embarazada que a lo mejor no es capaz de transmitir todas sus inquietudes y preguntas en tan poco tiempo), ni en los paritorios ni plantas de maternidad de los hospitales españoles.
Dudo mucho que las matronas hoy en día dispongan del espacio y de las herramientas propias para realizar las funciones mínimas.
Para ser completamente sincera, también dudo que algunas matronas se reciclen en la forma de atender los partos bajo la evidencia científica actual. Algunas siguen dando una preparación al parto anticuada, que responde a los protocolos de los hospitales en los que trabajan, protocolos que no respetan las recomendaciones de los principales organismos oficiales. A causa de esto, muchas mujeres tienen información desactualizada y errónea, y dan como buenas, prácticas que no son favorables ni necesarias en un parto.
Por otro lado y por suerte, cada vez más matronas se involucran y luchan por un cambio en la atención al parto desde los hospitales. Otras lo hacen atendiendo partos domiciliarios. Todas saben que las mujeres necesitan volver a ser las protagonistas de sus partos, que merecen tener un parto respetado y que no es una utopía.
Algunos estudios concluyen que los centros de parto regulados y dirigidos por matronas, ofrecen una alternativa segura, satisfactoria y costo-efectiva para las mujeres que experimentan un embarazo y parto normal sin aumentar la mortalidad ni la morbilidad. (Hallet (2000), Saunders y cols (2000), Olsen Jewel (2000), Albers Katz (1991))
La presencia de matronas durante el parto mejora la satisfacción de la parturienta, se sienten más empoderadas y con la capacidad de tomar decisiones durante su parto, algo que no se tiene en cuenta pero que es lo más importante de todo.
La atención de las matronas disminuye el uso de epidurales, de petidina, de episiotomías, de monitorización fetal electrónica, de amniotomías, de infusiones intravenosas, de exámenes vaginales. Y existe una baja incidencia de distocia de hombros, son partos más cortos, con más uso de hidroterapia y menos distrés fetal
Por supuesto la satisfacción laboral de las matronas aumenta cuando se les permite trabajar con autonomía y no están supeditadas a órdenes de algunos sanitarios acostumbrados a intervenir los partos y que tratan el embarazo y el parto como una patología, cuando no lo es.
El modelo de matronería One to One (instaurado en Reino Unido) es necesario para que las mujeres obtengan una atención personal y continua. Que una misma matrona atienda el parto de principio a fin favorece la actitud de la parturienta, le proporciona seguridad e intimidad y está comprobado (McCourt C. 1996 y Beake S. 2001) que las intervenciones disminuyen y los partos son más cortos. Incluso se sabe (Waldenstron U, 1998) que las mujeres atendidas durante su embarazo por matronas tienen menos probabilidad de sufrir una inducción o una estimulación al parto, de pedir epidural, de partos instrumentales o episiotomías, o de acabar en cesárea.
Después de leer todos estos datos, de conocer que la atención y acompañamiento de las matronas es el adecuado para una mujer en su embarazo y parto normal, ¿por qué en muchos hospitales no es el profesional sanitario que los atiende? ¿Por qué las matronas escasean en los paritorios y plantas de maternidad? ¿Por qué me ha costado tantísimo encontrar fotografías de partos atendidos por matronas respetando la fisiología del parto?
Las respuestas a estas preguntas suelen ser que falta presupuesto para contratar más matronas, que no puede haber una matrona por cada mujer que está dando a luz. Además, si no se tuercen los partos, ¿dónde quedan los obstetras? Pero es que las matronas ahorran dinero. ¡Si no medicalizamos los partos, salen muchísimo más baratos! Y si la presencia de matronas favorecen los partos naturales, está muy claro.
Los partos normales en los que respetan los tiempos de cada mujer, el movimiento libre, que no son estimulados con oxitocina, son más baratos porque no existe cascada de intervenciones y no hay que solucionar problemas que se provocan por no respetar la fisiología del parto. Y puede que ese sea el problema, que son gratis. Nadie gana con ellos, ni la farmacéutica que no vende epidurales, ni el obstetra que programa una cesárea en el hospital privado. Solo ganan las mujeres y sus bebés, y parece que no es suficiente.
Si solo necesitamos matronas para dar a luz, y eso no es un negocio (ni tiene que serlo), ¿por qué insisten en meternos prisa para parir con inducciones, monitores en la semana 37, en obligarnos a dar a luz en una posición inadecuada? ¿Por qué no dejan que los partos simplemente sucedan? ¿Por qué a veces estar embarazada y dar a luz se convierte en un momento de estrés y preocupación por ser tratado como una enfermedad?
Las matronas están para eso, para atender partos.
Para respetar las decisiones de las mujeres y no considerarlas enfermas. Para evitar procedimientos innecesarios, dar información y actuar bajo la evidencia científica.
Pero, ¿les dejan hacerlo?