![¿Para qué quieren Griñán y Valderas un banco público en Andalucía? ¿Para arruinarlo, como han hecho con las cajas? ¿Para qué quieren Griñán y Valderas un banco público en Andalucía? ¿Para arruinarlo, como han hecho con las cajas?](http://m1.paperblog.com/i/132/1324393/que-quieren-grinan-valderas-un-banco-publico--L-_CgY5F.jpeg)
Muchos andaluces, ante la propuesta de una banca pública en Andalucía se preguntan hoy si los políticos la quieren para hacer lo mismo que hicieron con las cajas de ahorro andaluzas, unas instituciones que saquearon y condujeron a la ruina desde que coparon los puestos en sus consejos de administración, junto a sus "colegas" sindicalistas.
El sistema andaluz de cajas de ahorro era pujante y boyante hace apenas dos décadas, pero hoy es una ruina cargada de dramas, deudas y problemas. Las cajas andaluzas, destrozadas por los políticos y sindicalistas, tuvieron que ser intervenidas o abducidas por otras cajas mayores, hasta el punto de que el sistema se esfumó, con miles de millones de euros desaparecidos, y ya sólo queda una, Unicaja, con cierta impronta andaluza, tras el asesinato de joyas como El Monte, Caja San Fernando, Caja Sur, Caja Granada y algunas otras de menor tamaño.
La responsabilidad de políticos y sindicalistas en la ruina del sistema de cajas andaluzas no es una opinión sino un hecho constatado. Los políticos y representantes sindicales, desde sus sillones en los consejos y desde su dominio sobre las obras sociales, han influido sobre los técnicos que dirigían las cajas y los han suplantado para imponer prestamos que no se devolvían a partidos políticos, ayuntamientos y amigos del poder, ayudas irracionales a gente insolvente y créditos que se perdonaban por "influencia" del poder, todo un saqueo organizado por el que, vergonzosamente, nadie ha pagado, a pesar de que lo ocurrido es un delito de expolio y corrupción de extrema gravedad.
Con esos precedentes, sorprende ahora que el nuevo gobierno socialcomunista pida un nuevo banco público, una iniciativa que muchos andaluces, con malicia, interpretan como la creación de otro fondo de dinero para que los políticos puedan también esquilmarlo.