La reflexología podal es una de las terapias alternativas más practicadas en la actualidad en la sociedad occidental para ayudar a mejorar nuestra salud. Se basa en el principio de que en la planta de los pies se encuentran los puntos que corresponden a todos los órganos de nuestro cuerpo y que podemos activar con la presión de los dedos en ellos.
Se puede decir que según los principios de la reflexología podal las funciones del organismo se rigen por reflejos innatos que un especialista sabe estimular. Su teoría es que las zonas de nuestra piel se relacionan con los órganos internos, así que los dolores de los órganos se transmiten al sistema nervioso. Además, tiene otra ventaja: el paciente se encuentra estirado mientras se le practica, con lo que su relajación es total. Sin ésta no puede llevarse a cabo la terapia.
Habitualmente se considera que la reflexología podal es una terapia para adultos pero también puede aplicarse perfectamente en niños y bebés teniendo simplemente la precaución de que el masaje sea suave y de poca duración. También resulta muy positiva su realización en ancianos para regular y mejorar en la medida de lo posible sus funciones motoras, el sistema nervioso y la capacidad respiratoria al máximo. Teniendo en cuenta que a esta edad es muy probable sufrir osteoporosis los masajes que se apliquen deberán ser muy suaves, aunque igual de efectivos.
Cuando el experto lleva a cabo un masaje de reflexología podal debe evitar que el paciente sufra un dolor excesivo, aunque lo normal es que note molestias ya que está activándose zonas que en principio tienen problemas.