- Marina Muñoz Cervera -
Esta vitamina liposoluble en la década de 1930 fue llamada “vitamina de la coagulación” por sus propiedades antihemorrágicas. Posteriormente se descubrió que participaba en el metabolismo óseo. Sus principales funciones son:
- Formación de protrombina y otros factores de la coagulación (proconvertina, factor Christmas y factor Stuart) así como las proteínas S, C y Z que también intervienen como factores en la cascada de coagulación de la sangre.
- Formación de proteínas óseas, como la “osteocalcina” que inhibe la movilización del calcio del hueso durante el período postmenopáusico en las mujeres, entre otras funciones. Las “proteínas Gla” también son imprescindibles en el metabolismo óseo y dependen de esta vitamina, pero además se encuentran en los riñones, pulmones y corazón, entre otros órganos.
Como vemos, la vitamina K es imprescindible para la vida, gracias a ella no sufrimos hemorragias y nuestros huesos están saludables y fuertes.
Afortunadamente existen filoquinonas (K1) en muchos alimentos; además las bacterias de nuestra flora intestinal producen, en condiciones normales, cantidades apreciables de menaquinonas (Vitamina K2).