A raíz de un comentario de un conocido mío, le he estado dando vueltas a la cabeza a lo que nos vamos a encontrar a lo largo de este año.
Elecciones municipales, autonómicas y generales. esta persona, me decía ¡vaya hartazgo! y remataba con fuerza en su voz: ¡pues yo no pienso votar!
Creo que esto que relato se va a dar en bastantes personas, me temo.
Y digo, me temo, pues algunos que ya tenemos años y hemos vivido algunas situaciones como la etapa de Franco, todavía me resuenan los oídos y la memoria histórica sigue campando a sus anchas por las variopintas tierras de esta España nuestra.
Cada cual es muy libre de hacer con su voto lo que quiera, por supuesto, faltaría más, pero muchas personas -puede que ocurra más de lo que yo quisiera- se plantearán: ¿para qué votar?, total si van a hacer lo que quieran y la mayoría no cumplirá su programa.
Puede que esto ocurra, pero lo que me duele que digan es que su voto no vale nada. No puedo estar de acuerdo, imposible, no puedo.
He dicho y escrito bastantes veces sobre la Transición No Transitada (TNT), bastantes, a cómo se votó en el referéndum para aprobar la Constitución del 78.
Este año se cumplirán 37 años de vigencia de dicha Constitución y solo se ha reformado el artículo 135, por cierto de urgencia y con la anuencia de los partidos representados en el Parlamento, es decir siendo un artículo de trascendencia nacional, no se convocó un referéndum.
En el 78, se lo montaron muy bien las 'fuerzas políticas', para que con el miedo, dejaran sentadas las bases de las 'dictaduras' de los partidos.
He dicho y escrito bastantes veces también, que desde que se votó la Carta Magna, nadie ha tenido la valentía de reformar la Ley Electoral, y esa persona que me decía ¡no voy a votar!, seguramente está acuñando la idea del voto perdido, para de alguna manera reafirmar esa 'dictadura', la de los partidos políticos. Me estoy refiriendo a las votaciones de listas abiertas.
Insisto, que debemos propiciar una nueva Ley Electoral acorde con el siglo XXI y que nos pueda llevar a reformar la Constitución.
Creo que lo necesitamos y por eso debemos votar en las municipales, autonómicas y por supuesto en las generales. Necesitamos decir al mundo: para qué votar.