Revista Solidaridad

Para Sant Jordi y el Día del Libro: regala libro Solidario

Por Iñaki Iñaki Alegria @InyakiAlegria
El último cooperante: Por un mundo de igual a igual (2019)

ISBN: 9788417733384

En formato papel:

https://www.claret.cat/es/libro/EL-ULTIMO-COOPERANTE-841773338 https://www.casadellibro.com/libro-el-ultimo-cooperante-por-un-mundo-de-igual-a-igual/9788417733384/9612481 https://www.altair.es/cat/libro/ultimo-cooperante-el_172689 https://www.llardelllibre.cat/es/libro/ultimo-cooperante-el_926715

En formato ebook

https://amzn.to/3atWczj Alegría con Gambo: La mirada etíope que alimentó mi vida (2014)

ISBN 978-84-617-3366-8

En formato papel:

https://www.claret.cat/es/libro/ALEGRIA-CON-GAMBO-846173366 https://www.casadellibro.com/libro-alegria-con-gambo/9788461733668/2486320 https://www.altair.es/cat/libro/alegria-con-gambo_146522 https://www.llardelllibre.cat/es/libro/alegria-con-gambo_769113

En formato ebook

EL ÚLTIMO COOPERANTE: Por un mundo de Igual a Igual Iñaki Alegría, pediatra, fundador de la ONGD Alegría Sin Fronteras, director médico del hospital general rural de Gambo de Etiopía, presenta su nuevo libro: EL ÚLTIMO COOPERANTE: Por un mundo de Igual a Igual Sobrecogedor, impactante, inolvidable, único, vinculante. La vida de un pueblo en la Etiopía rural donde comparten cama la vida y la muerte, la Alegría y la tristeza. Déjate deslumbrar por el resplandor de la mirada etíope.

Así es Gambo. Así es el libro.

Vive una experiencia increíble e inolvidable. Viaja a la vida en un cálido hogar de adobe y paja en el seno de una humilde familia afecta de lepra. Enamórate de su vida y coraje, para admirarlas, respetarlas y entender una nueva manera de acercarse a la Etiopía más rural, Una nueva mirada a Etiopía poniendo fin a la cooperación actual para crear una relación de igual a igual. Siente la rabia y la impotencia de la muerte de niñas como Muliena, por enfermedades evitables. Contágiate de la fuerza y valentía de la comunidad de Gambo que lucha día tras día para revertir la situación. Déjate deslumbrar por la luz de la esperanza. Descubre la fuerza que se esconde detrás de las jóvenes miradas. Nacer en Etiopía es un reto; sobrevivir a las primeras 24 horas, un desafío. Descubre Gambo, un lugar único en el mundo. Descubre algo mejor que salvar vidas: Enseñar a salvarlas Sentirás... Descubrirás... Reflexionarás... Sentirás... Rabia, impotencia, alegría, tristeza, felicidad, admiración, respeto, esperanza Descubrirás...

qué me llevó a vivir en Etiopía, a amar y admirar la población etíope, a trabajar con ellos y entre ellos

cómo es el día a día en la comunidad de Gambo

cómo es un día en el hospital de Gambo

los retos que hemos afrontado

los desafíos que nos esperan

el origen de la ONGD Alegría Sin Fronteras

Vivirás...

Los momentos críticos en los que el hospital de Gambo estuvo a punto de cerrar sus puertas para siempre,

El momento crucial de tomar la decisión de asumir la dirección médica en la situación de urgencia del hospital para evitar el cierre,

El día a día de emergencia continua en Gambo,

El plan de futuro para garantizar la sostenibilidad de Gambo.

Por qué Gambo es un lugar único en el mundo Reflexionarás...

Por qué la población etíope es única y especial

Por qué es necesaria una nueva mirada a Etiopía

Una historia desconocida e ignorada

Por qué hay que cambiar la cooperación

Quienes son los auténticos héroes

Dar la vida es la única manera de encontrarla

Lo más triste de África es nuestra ignorancia, pero sobretodo la falta de ganas de querer conocerla

Fragmentos del Libro NO PUEDO VOLVER A SER EL MISMO

"Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos."

Eduardo Galeano

-¿Dónde está Eftu? -Pregunto al entrar en la sala de pediatría del hospital.

El astro rey anuncia un nuevo día para los más afortunados, para otros será el último.

Cientos de madres con sus hijos esperan ser visitadas. No me he parado a contarlas. Estoy demasiado preocupado en busca de Eftu.

-¿Dónde está Eftu? -Pregunto de nuevo.

Pienso en Eftu. Por la noche apenas pude conciliar el sueño. Cerraba los ojos y aparecía con total nitidez su mirada.

Me levanté. Encendí una vela, pues se había ido la luz, cogí una libreta y empecé a escribir. Empecé a escribir lo que sentía, la angustia, la rabia, la impotencia...

No me puedo quitar de la cabeza la primera vez que lo vi, entrando por la puerta, en brazos de su madre, gravemente enfermo. Apenas me pude fijar en la madre, mis ojos se centraron en el pequeño niño que miraba sin ver.

Eftu tenía un aspecto medio moribundo, dos o tal vez tres años de vida pero sin fuerzas para sostenerse en pie. Su madre lo sujetaba en el regazo, con la mirada triste, perdida, casi sin esperanza, casi... Aún tenía algo de esperanza. Recuerdo cómo tomé una cinta métrica pintada con tres colores, rojo, amarillo y verde y se la puso a nivel de la parte superior del brazo para medir el perímetro braquial y evaluar el estado nutricional. Ajusté la cinta al pequeño bracito y leí el resultado tembloroso. Rojo y 8,2 centímetros, ése era el resultado. Eftu presentaba una desnutrición aguda severa.

Mientras lo examinábamos, un líquido amarillento mojó toda mi bata blanca. Pensé que había orinado, pero la madre me dijo que no era orina, eran heces. Eftu tenía una diarrea que era agua. Apenas podías diferenciar la orina de las heces. Heces de orina le llaman. La situación de Eftu es agónica.

Esta deplorable situación, favorecida por la extrema debilidad como consecuencia de no haber comido decentemente nunca, era causada por una diarrea, seguramente por beber agua contaminada. Evitable. Todo evitable. ¿Por qué sucede? ¿Por qué?

¿Por qué?

Me pregunto sin encontrar respuesta en mí.

El silencio me acompaña mientras recorro sus vidas con mi mente.

Finalmente oigo una débil respuesta, aquella que sospechaba pero que no quería escuchar:

-Ha muerto.

Se me hiela el corazón. No puedo aceptarlo. No quiero.

La sospecha se confirma.

Ha muerto de una enfermedad evitable, ha muerto cuando no tenía que morir, ha muerto cuando tenía toda la vida por delante.

Eftu podría haber ido a la escuela, podría haber estudiado medicina, podría haber trabajado aquí curando a su pueblo. Podría haber vivido... Ha muerto por una injusticia social.

Pero ha muerto.

Me invade un sentimiento de rabia, impotencia... Que no desearía a nadie.

No entiendo nada. No sé qué hacer. La situación me supera.

Sé que...

No puedo volver a ser el mismo.

No puedo permanecer indiferente.

No puedo permitir que sigan muriendo niños cuando no deberían morir, por enfermedades que tienen cura, tratamiento, prevención.

Hay que hacer algo.

Puedo hacerlo.

Voy a hacerlo.

Aquí empieza mi historia.

No lo sabía todavía, pero mi vida iba a cambiar.

Para que ellos puedan tener historia, para que ellos puedan escribir su historia.

El viaje que cambió mi vida

"No permitas que nadie se vaya de tu lado sin ser mejor y más feliz."

Madre Teresa de Calcuta

No sabes por qué pero hay lugares que te llegan al alma y llenan tu vida para siempre. Etiopía es ese lugar para mí. Era residente de pediatría en el hospital de Granollers, una ciudad a las afueras de Barcelona, cuando pisé por primera vez Gambo.

Aún no lo sabía, pero mi existencia iba a cambiar.

Todavía recuerdo el día que llegué a Gambo. Un escalofrío de alegría recorre mi cuerpo cada vez que lo pienso.

¿Cómo resumir la experiencia allí? En aquella ocasión escribí: "Es una experiencia increíble en todos los sentidos y en todos los aspectos de la vida: médica, personal, humana y espiritual. Sobrecogedor. Deslumbrante. Alumbrante. Impactante. Inolvidable. Vinculante. Excepcional. Aquí comparten cama la vida y la muerte".

No podía dormir, cerraba los ojos y veía el sufrimiento de Ruziya, Abdulakim... "Una vez has puesto nombre propio a los niños y niñas que mueren de hambre no puedes permanecer indiferente", anoté en un trozo de papel una de las tantas noches en vela en las que no podía conciliar el sueño. Cerraba los ojos y pensaba en Mikaeli, Abdul... En cómo estarían.

Escribía en las noches de insomnio en una libreta a la luz de una pequeña vela. No teníamos luz en muchas ocasiones. Escribía para expresar mi angustia, para liberarme de ella. El papel era y es la voz de mi alma, mi compañero que nunca falla ni me abandona.

Estos escritos terapéuticos los publicaba en el blog que creé para la ocasión: Cooperación con Alegría (www.cooperacioambalegria.co). A día de hoy sigo escribiendo, lo sigo necesitando, no me puedo acostumbrar al sufrimiento ajeno. No quiero acostumbrarme. Superé el sufrimiento gracias a una excelente acogida en Gambo, al apoyo de la gente de allí, a su amistad. Les estoy agradecido de manera infinita. Sin ellos no hubiese sido posible.

Aún no lo sabía, pero Gambo y sus gentes iban a cambiar mi vida.

Esta es la historia.


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