Los juegos de rol se han introducido en los ordenadores de las tribus juveniles educadas en los orgullos diferenciales nacionalistas y han creado una nueva variedad de batallas y asesinatos en EEUU que invita a pensar en la kale borroka de Euskadi.
Las tribus se reúnen en distintos “ciber” de Garden Grove, Los Angeles, al lado de Disneylandia, donde la población es casi exclusivamente hispana --mexicanos, salvadoreños, peruanos-- y asiática --tailandeses, chinos, vietnamitas--.
La base es enfrentar unas naciones contra otras, y un continente contra el otro: los contrarios de ayer, peruanos y mexicanos, o chinos y vietnamitas, por ejemplo, son aliados hoy en la batalla intercontinental, para volver a ser enemigos mañana.
En 2001 adaptaron sus luchas a los juegos de rol, con misiones dirigidas por dados y un guión-ideología que indicaban cómo y a qué enemigo matar.
La llegada de 2002 sofisticó más el tribalismo: ahora, dirige la guerra entre los contendientes la habilidad en el teclado para manejar los juegos de rol electrónicos.
Solo en ese barrio se han matado cuatro jóvenes en lo que va de año.
Volviendo a España, también deben observase los jóvenes de fuera del País Vasco: en el instituto Blas de Otero de Madrid chicos de origen español e inmigrantes han empezado a pelearse, aunque solo a puñetazos, por el momento.
Desconocen al poeta vasco que da nombre al centro. Decía: “Yo doy todos mis versos por un hombre en paz”.