Si es tu primera visita, me gustaría darte la bienvenida que te mereces.
(Como cada lunes, me gustaría aportar mi granito de arena para que el primer día de la semana sea un gran día para ti. Por eso comparto este capítulo revisado y actualizado de “Una vida sencilla”. ¡Feliz lunes!)
Seguro que te ha pasado más de una vez, e incluso puede ser una constante en tu vida. A mí también me ha pasado. Te sientes oprimido, preso de tus obligaciones, compromisos, gastos, etc. Tu vida se caracteriza por un estrés y una saturación que no cesan, que no te dan un minuto de respiro.
Durante un tiempo has creído que era normal, que la vida es así, que el éxito y la felicidad se basan en lo grande que es tu casa, en la potencia de tu coche, en los intereses que te da el banco, en la cantidad de idiomas que dominas, en la cantidad de proyectos que manejas, en los muchísimos amigos que tienes y en lo ocupadísimo que estás. Hoy ya sabes que tal vez por ahí no iba el tema.
La vida es así… También te escudabas con ese tópico. Tú no tienes nada que hacer, no puedes cambiar nada, porque las cosas son como son y todo el mundo las hace igual. No hay alternativa. Pero hoy también te has dado cuenta de que tu visión no era la adecuada. Te has concienciado, sabes que eres el primero y que sí hay alternativa. Tienes tantas posibilidades como las que sea capaz de crear tu imaginación.
Muy bien; ¿y ahora qué? Estabas equivocado y has aprendido. Es momento de cambiar, sin miedo. Estás ilusionado y totalmente decidido a modificar algunos aspectos de tu vida, ciertos hábitos, maneras de pensar y vicios. Pero la saturación predominante en tu vida no te da mucho margen de maniobra. ¡Querrías hacer tantas cosas!
Tranquilo, eso sí es normal. Precisamente pensar que los cambios pueden hacerse de un día para otro es una de las costumbres que tienes que desterrar. Tu nueva vida, sencilla, también es lenta, sin prisas ni agobios. Toma aire, obsérvala desde una nueva perspectiva. Empieza por lo simple. ¿Tu vida está saturada? ¿Llena? Quizás deberías empezar por vaciarla.
Para poder cambiar tus hábitos necesitas sentirte libre del acoso de tu día a día. Pero, ¿qué es la libertad?
Muchos piensan que ser libre es poder hacer lo que te plazca cuando quieras, donde quieras y como quieras. Lo siento, no creo que sea así. Tal vez lo sería en un mundo en el que uno vive solo, el mundo más individual que pudiese existir. Sin embargo, sabemos que somos una parte minúscula de una gran sociedad, un sistema de redes, y que nuestros movimientos tienen que ser coherentes con quiénes somos y dónde estamos. Solos, aislados, no somos nada, ni tan solo libres.
¿Qué es la libertad? Ser libre es tener elección. Cuanto más amplio es tu abanico de posibilidades, cuantas más opciones tienes para escoger, más libre te sientes. Todo lo contrario de lo que quieres dejar atrás, de todos esos “tengo que”, “no puedo” y “eso es así porque sí”. No son más que limitaciones, que innumerables cadenas que un día tú mismo, consciente o inconscientemente, te pusiste y te hicieron preso de tu vida saturada y aparentemente escasa de elección. Pero recuerda, si fuiste tú quien se ató, también eres tú quien tiene la llave para volver a ser libre.
¿Quieres una vida sencilla? Empieza por ahí, por liberarte.
Libérate…
…de tus creencias. Tenlo claro: nada es universalmente cierto, nada es porque sí. Tus padres, tus profesores, el sistema en general, te engañaron –seguramente la mayoría sin ninguna mala intención. Replantéate todo lo que has aprendido, quédate con lo que es realmente útil y olvida todo lo demás. Desaprende. Es la más difícil de las liberaciones, pero puedes hacerlo.
…de tus compromisos. Asúmelo, no puedes con todo. No puedes quedar con todo el mundo y tenerlos a todos contentos, trabajar en tantos proyectos, estar al pie del cañón en cada momento. Disfruta al máximo de lo mínimo, en vez de hacer más de lo que puedes hacer y además hacerlo mal.
…de tus pertenencias. No te aportan nada y no hacen más que ocupar espacio, crear desorden y suciedad y quitarte visibilidad, luz y libertad de movimiento.
…de tus deudas. Es urgente, lo antes posible. Sí, la vida también depende del dinero. Por eso mismo, ¿vas a vivir atado a una deuda durante 30 años? ¿Por qué te castigas así? Haz todo lo que puedas para deshacerte de ellas y lógicamente, no vuelvas a caer.
…de la prisa. ¿Quieres disfrutar de la vida? Baja de marcha y vive lento. Camina, mastica y reflexiona en vez de correr, engullir y hacer las cosas impulsivamente. Reserva la velocidad para las reacciones urgentes y puntuales. No puedes vivir como si tu vida siempre fuera un incendio; te acabarás quemando.
…de tus obligaciones. ¿Obligaciones? ¿Eso que es? Nada es obligatorio, todo lo que haces lo haces porque quieres. Despréndete de los “tengo que” y algo muy importante, aprende a delegar. Confía.
…de la silla. Haz ejercicio, todos los días. Eres extremadamente móvil, por lo tanto eres movimiento. ¿Qué haces ahí sentado todo el día? Mueve el culo.
Y así podría pasarme un buen rato, poniendo ejemplos de la cantidad de cosas que podrías empezar a eliminar, de lo mucho que puedes liberarte, aunque creas que no. Tal vez la liberación más importante sea LIBERA TU MENTE. Ten una mentalidad abierta, no te aferres a tu antigua manera de ver las cosas. Sabes que otro mundo es posible y que dentro de ese mundo tu vida también puede ser diferente, más simple.
Como mínimo pruébalo. Si no te gusta, si te va mal, siempre puedes volver al lugar de donde venías.
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