Para ti para siempre, artesana de corazón

Aquel día me perdí, tenía aproximadamente 3 años, pero lo recuerdo a la perfección.

Debí soltarme de la mano, y entre tanta gente perdí de vista a mis padres, me entretuve mirando aquellas palomas que estaban comiendo sobre un banco, mientras miraba a el hombre que las alimentaba.
Recuerdo haber mirado a mi alrededor, y sentir las lágrimas que rodaban por mi cara.

La escena duró unos segundos, pero para mi, una niña con 3 años, fueron eternos.

De pronto, una mujer me agarró de la mano y me preguntó insistentemente, ¿Cómo se llama tu madre? Mami, respondí.

Estaba aterrada, y sólo quería ir con mamá.

Probablemente si hubiese llevado alguna identificación, no habrian tardado media hora en encontrar a mis padres, pero en aquella época, cuando había aglomeraciones siempre se perdía algún niño.

30 años después, por casualidad, encontré a Eva, ella, hace algo que me parece tan útil e importante que rapidamente me captó.

Su idea consiste en hacer pequeñas chapas y llaveros con un montón de diseños, pero los que más me gustaron fueron los que identifican al niño o la alergia que tiene.

Me lancé a hacerle un montón de preguntas, y ella se ofreció encantada.

Por qué para ti para siempre

Para ti para siempre, es la primera frase que le dije a mi hijo mayor cuando le presenté a su hermano. Para vosotros, para siempre, es
la frase que le dije a mis dos hijos mayores cuando nació mi tercer hijo. Para ti para siempre, es la frase que la matrona le dijo a la
mamá cuando entrego a su hija recién nacida de su cuerpo.

quién está detrás de esta idea

-Una mamá de tres niños pequeños, 7 años, 5 años y un año. Todos chicos.
– Un papá, que es quien está en la fabrica y hace críticas de todos los pasos, algo muy necesario.
– Tres niños que inspiran a mamá y dan el visto bueno a cada diseño.

cuándo empezó el proyecto

Hace aproximadamente un año. Con muchos paréntesis, muchos arreglos, muchos problemas, muchos tropiezos…
La idea surgió a partir de las visitas con los peques a parques de bolas, parques temáticos, centros comerciales, piscinas, playas,
excursiones con el cole, granjas…Lugares con mucha afluencia de gente, sitios dónde los peques no están acompañados de sus papis,
etc.
Siempre nos da miedo que nuestros hijos se pierdan, por eso busqué un modo divertido de identificarlos con los números de teléfono.

Pensé en las chapas, por varios motivos:
– Podemos diseñarlas con cualquier motivo que sea atractivo a nuestro hij@.
– Son visibles para todos
– Se pueden poner en la ropa, en las mochilas.
– Se usan las veces que sean necesarias y se reutilizan
– Podemos aprovechar una chapa para varios usos, identificaciones de alergias, con móvil de los
padres o cuidadores.
– Mi hijo mayor no aguanta las pegatinas, ni las calcomonias o tatoos de niños (alta sensibilidad)
– Pueden ser únicas y exclusivas.
Afortunadamente (y de momento, porque nunca se sabe) ninguno de mis hijos tiene alergias e intolerancias alimentarias, pero
muchos niños y niñas a mi alrededor sí. Alergias a productos que ni siquiera yo misma sé que existen, componentes que no logro
recordar y no sé para lo que sirven, conservantes, colorantes, espesantes…
En los parques, excursiones, cumpleaños, comedores…he visto como a los peques les han puesto una pegatina de alergia al huevo,
por ejemplo, que luego acaba pegada en el pie de otro niño.
Tengo por costumbre, no dar nada de nada a ningún niño sin el permiso de los padres, pero veo como otros papás si les dan a mis
peques galletas, chicles, gusanitos…sin mi permiso, ¿ y si tuviera alergias? Claro, que mi hijo de siete años, sabría explicarlo pero el
de uno o cinco, tal vez no.
He hablado con muchas madres de hijos con alergias, y éste producto les parece buena idea. Aunque la chapa es de alfiler, el riesgo
de pincharse es mínimo, por eso tenemos la posibilidad que vaya con imán doble, aunque a mí personalmente me gusta menos
porque se despega más fácilmente que el alfiler.
A los peques hay que educarlos para que ellos mismos sepan rechazar alimentos que no son buenos para ellos, o a rechazar cualquier
comida sin permiso. Mientras una chapa en su ropita puede evitar algún susto.