A Teresa Arévalo y Gara Santana
"regresará mi pueblo de su ruina
y pagarán su culpa los traidores"
Pablo Milanés, Yo pisaré las calles nuevamente
En su novela El corresponsal, David Jiménez, el efímero y maltratado director de El Mundo, cuenta su experiencia como corresponsal en Birmania (un lugar con más violencia pero con menos suciedad que en la redacción del diario madrileño). Que algunos solo juegan con las cartas marcadas es una reflexión que vuelve en su obra. En la misma lógica que lo que contó en El director, pone en boca de un reportero con muchas vueltas: " Uno se cansa de ver a los hijos de puta ganar. En la escuela. En la oficina. En política. En la guerra... Juegan con ventaja porque no tienen reglas. El inevitable triunfo del mal". El joven que él fue alguna vez le contesta dejando un resquicio a la esperanza: "No es inevitable".
La lucha democrática en España es tan desigual que difícilmente podemos llamarla democracia. Puedes violar a una adolescente o acosar a otra y golpear a su padre que si eres policía lo solventas con un curso de educación sexual o un par de palmaditas en el hombro. Puedes robar a manos llenas dinero público que si eres dirigente del PP tienes que haberlo hecho muy mal para que te castiguen. Puedes inventarte pruebas, que si eres comisario puedes pactar con la justicia o con la Casa Real o con alguien que conoces en la Fiscalía, y si conspiras para destruir pruebas contra tu partido o para inventarlas contra otro, si eres Secretaria General del PP hasta algún juez amigo te exonera. Pueden haberte condenado por prevaricar y por usar tu poder para intentar acabar con una diputada de Podemos que s i eres juez y amigo del exministro Soria puedes eludir entrar en la cárcel casi un año después.
Puedes tener el máximo órgano de gobierno de los jueces en la ilegalidad y fuera de la Constitución durante tres años que si eres un juez conservador no van a recordártelo todos los días los medios y si eres un diputado del PP vas a poder decir que eres "constitucionalista" sin que te saquen en portada ni siquiera cuando te da la risa. Puedes veranear una década con un narco e incluso puedes broncearte con el narco en el barco que usaba para hacer cosas de narcos que si eres secretario general del PP no hay problema y en las entrevistas nunca te van a preguntar por esas fotos. Puedes haberle cortado la cabeza al anterior secretario general por haber señalado una inmoralidad o una ilegalidad en el entorno de su partido que no pasa nada porque los medios te van a presentar no como "el gran purgador" sino como el referente de un nuevo PP que no tiene ya en la memoria al anterior aunque todos sean los mismos.
Puedes usar la fiscalía para "afinar" acusaciones que si eres un ministro o un fiscal o un comisario de derechas vas a poder ir a comprar el pan sin que nadie te señale. Puedes decir que te inventas "con el rabo" una cuenta falsa de un dirigente de Podemos -o ayer catalán o vasco- que si eres al máximo responsable de la lucha antiterrorista o has sido comisario Jefe de la UDEF sabes que precisamente te pasas la justicia "por el rabo" y si hace falta amenazas a los policías decentes para que se vuelvan indecentes o encargas a la UDEF un informe lleno de mentiras que ya tendrán que salir los de Podemos a desmentirlo.
Tus lectores hace tiempo que dejaron de pedirte que les digas la verdad y solo quieren basura para pensar que tienen razón cuando ellos mismos deciden deslizarse hacia la basura.
Puedes lanzar mensajes al presidente del Gobierno en forma de acusaciones en tus medios o jactarte de que cuando quieras puedes "matar" a políticos de izquierda que si eres consejero de Atresmedia o presentador de La Sexta sabes que el monopolio mediático te lo autoriza porque todos los días repites que lo que tú haces es periodismo periodismo. Puedes durante años publicar, comentar, inventar, resaltar y repetir mentiras sobre niñeras, financiación ilegal, malversación, cuentas por centenares, blanqueo de capitales, tarjetas de teléfono manipuladas, cuentas en islas lejanas que cuando se archivan no vas a llevarlo a la portada, no vas comentarlo en tu programa, no vas a escribir una columna y no te pasa nada porque tus lectores hace tiempo que dejaron de pedirte que les digas la verdad y solo quieren basura para pensar que tienen razón cuando ellos mismos deciden deslizarse hacia la basura.
Puedes tener el título de periodista y usarlo para difamar en periódicos, televisiones, radios, tabloides o redes a la gente de Podemos -o de otras opciones políticas que no sean del régimen- y cuando tus difamaciones se hundan porque se archivan las querellas basadas en rumores o en mentiras que tanto te han dado de comer no vas a tener la decencia de pedir perdón porque trabajas en El Confidencial, en El Mundo, en el ABC, en La Razón, en OK Diario, en Antena 3, en Telecinco, en La Sexta, en Cuatro, en RTVE, en 13TV, en Onda Cero, en la COPE y a veces incluso en El País y en la SER y eso te da un salvoconducto para ser una basura sinvergüenza donde incluso tus compañeros te van a cubrir las espaldas en tu sinvergonzonería.
La Audiencia Nacional le cierra una investigación ilegal a García Castellón y al día siguiente abre otra más gorda. ¡A ver! ¿Quién es más chulo? Se la cerrarán y ¿cuál será la siguiente? Hay que llegar a las elecciones. No puede haber elecciones en España sin que Podemos no esté en los juzgados.
Supongo que nos están provocando. La Audiencia Nacional le cierra una investigación ilegal a García Castellón y al día siguiente abre otra más gorda. ¡A ver! ¿Quién es más chulo? grita blandiendo el Premio Puñetas que le dieron sus amigos. También se la cerrarán (estamos en la Unión Europea) y ¿cuál será la siguiente? Hay que llegar a las elecciones. No puede haber elecciones en España sin que Podemos no esté en los juzgados. Se archiva el infame caso "niñera" que sabiendo que era falso usaron Díaz Ayuso y Martínez-Almeida en la campaña electoral ¿cuándo se inventan el próximo? Ahí siguen en sus mismos puestos los Ferreras, Terradillos, Inda, Ana Rosa Quintana, Joaquín Prat, Susana Griso, Vallés, Motos, Risto Mejide, Marta Flich y todos los que colaboran en la podredumbre de los medios en España cada día y cuyos nombres llenarían páginas y páginas. Y que les funciona porque hay gente en España que no quiere la verdad. Quiere munición para disparar contra Podemos y así sentirse a gusto en sus posiciones políticas cuando eructan sus balas en la barra del bar, cuando hacen de señoros en la terraza desde donde, con una cervecita fresca en la mano, justifican que se cierren los centros de Atención Primaria o despotrican contra las feminazis inmigrantes que ahora se atreven a denunciar que las violan cuando vienen a España, cuarta economía del euro, a trabajar de temporeras. En el mismo día, El Mundo de España, un diario que se ha ido a la extrema derecha -y que por tanto ya no tiene reparos en mentir-, daba por ciertas mis casi cien cuentas en Triodos Bank y, por supuesto, la financiación ilegal de Podemos, al tiempo que pedía la inmediata salida de Podemos del Gobierno. Es decir, editorializaba que somos culpables. Una página después exigía en nombre de la democracia la presunción de inocencia ante las acusaciones del me too y las feministas.
En Podemos fuimos ingenuos cuando fundamos el partido morado. Aunque fuéramos profesores de ciencia política y aunque conociéramos la realidad latinoamericana no calibramos bien que hay un Estado profundo en España que viene del franquismo y que suma a jueces, policías, políticos, empresarios y periodistas que creen que tienen patente de corso para acabar con los adversarios políticos. Es decir, para mantener sus privilegios. Son los mismos que justificaron los crímenes del franquismo y después los de la Transición. Hoy, aunque ya no se llamen Tribunal de Orden Público o brigada político-social o sindicato vertical o El Alcázar siguen operando con la misma lógica. Salvo cuando policías honestos o jueces honestos o periodistas honestos les paran los pies. De vez en cuando. De cuando en vez. Cuánto respeto a toda esta gente valiente, algunos conocidos porque llegan a las televisiones, otros anónimos pero señalados en sus pueblos y en sus pequeñas ciudades, a la que este régimen podrido ha atacado sólo por ser de Podemos o por defender a Podemos. Sois lo mejor en esta noche oscura. No soportaría que atacaran a esa gente buena y a nosotros, a mí, me dejaran tranquilo. Nunca me he presentado a ningún cargo de elección popular y sin embargo la obsesión que tiene conmigo la élite del poder en España no cesa. Les debo estar agradecido. Algo debo de estar haciendo bien. Igual detrás de todos los ataques está la intención de que me sienta útil. Gracias corruptos.
El régimen no tolera que se haya condenado al PP por ladrones, que se haya perseguido al emérito, a su emérito, que se haya aprobado un impuesto a la banca y a las eléctricas, que se haya subido el salario mínimo o que se empiece a preguntar dónde están los asesinos de los republicanos.
La democracia en España está provocando a los demócratas. No es contra Podemos. Es contra la democracia. Todo lo que le están haciendo a Podemos lo terminarán haciendo mañana a cualquiera que disienta. El régimen no tolera que se haya condenado al PP por ladrones, que se haya perseguido al emérito, a su emérito, que se haya aprobado un impuesto a la banca y a las eléctricas, que se haya subido el salario mínimo o que se empiece a preguntar dónde están los asesinos de los republicanos. Tenían que matarnos para frenar todo eso.
Cuando visité a Lula en la cárcel de Curitiba, nada más entrar en la celda me dio un abrazo y me dijo: "Monedero, estar aquí es una mierda ¡Una mierda!, pero yo sé por qué estoy aquí encerrado". Un juez corrupto lo metió en la cárcel sin pruebas para que ganara Bolsonaro. Lula va ser el próximo presidente de Brasil.
La gente de Podemos sabemos por qué nos pasa todo lo que nos pasa. Claro que nos molesta porque nos hace perder tiempo y nos duele cuando engañan a los incautos. Pero sabemos por qué nos pasa. No les pasa a otros. Nos pasa a nosotros. Esa claridad nos da fuerza. Se lo debemos a esos cinco millones de españoles y españolas que alguna vez votasteis a Podemos. Por eso seguimos.