Una investigación del Centro de Salud Infantil de la Universidad de Queensland (Australia) publicada
en Annals of Emergency Medicine revela
que enfriar con agua corriente es el mejor tratamiento inicial para la
quemadura de un niño. Los investigadores descubrieron que el agua corriente
fría puede reducir las probabilidades de necesitar un injerto de piel, acelera
la curación y disminuye la posibilidad de que una víctima joven de quemaduras
requiera ingreso en el hospital o un procedimiento operativo. El estudio
muestra que los niños que recibieron primeros auxilios adecuados que incluyeron
20 minutos o más de enfriamiento con agua corriente tuvieron una probabilidad
de injerto de piel reducida en más del 40 %. El suministro de cualquier
cantidad de agua corriente fría se asoció con una reducción de las
probabilidades de ingreso hospitalario en un 35,8 % y las probabilidades de
requerir tratamiento en un quirófano en un 42,4 %. Los resultados del estudio
confirman que las quemaduras enfriadas con agua corriente tuvieron mejores
resultados que las que no recibieron primeros auxilios o una alternativa al
agua corriente fría, como el aloe, geles, compresas, pasta de dientes,
mantequilla o claras de huevo.